Entre lágrimas primero pero luego con firmeza en sus palabras, Ricardo Rodríguez Garay, el policía que acribilló al camionero en Valle Fértil, habló ante la jueza de Garantías, Flavia Allende. El oficial inspector de la Comisaría 12 se refirió al hecho de sangre del viernes en la noche y aseguró que su objetivo no fue matarlo.
"Le juro, señoría, que en la oscuridad en la que estaba, procedimos de hecho", comenzó expresando el policía quien aseguró que "la persecución a la más avanzada velocidad" que circulaban obligó a la utilización de armas de fuego porque el camionero "peligrosamente zigzagueaba en ambos carriles de una ruta provincial, poniendo en riesgo la vida de terceros, mi propia vida y la vida de los policías que llevábamos a cabo la persecución".
Además indicó que en reiteradas ocasiones iban vehículos de frente "que tuvieron que ser desviados" por personal policial para evitar otra tragedia, "una gravedad mayor, un accidente tránsito con fatalidades".
"Mi único motivo, lo único que le hicimos en ese momento, fue persuadir al conductor de que detuviera la marcha del rodado. Jamás, jamás y bajo ninguna circunstancia, mi intención fue causar la muerte. Jamás. Jamás", dijo de manera contundente subrayando que "lo único que estaba pensando era tratar de que el conductor detuviera la marcha de su vehículo".
Por otro lado opinión que para él ya no era una contravención lo que estaba cometiendo el camionero: "Era una resistencia y atentado a la autoridad". "Sólo veía en función de mi deber. De lo que entendí era mi deber por la peligrosidad del hecho. Nunca se me dio ninguna directiva bajo la computación porque el equipo HT estaba sin batería. Estaba apagado el equipo HT. Sin batería. O sea no recibí ningún tipo de orden ni directiva superior en el momento de la persecución", apuntó.
"Confío en la justicia. Confío en las instituciones y confío más que nada en Dios. Y lo único que quiero hacer ahora es abrazar a mi Dios y a mi juez y a mi familia. Es lo único que puedo hacer", finalizó.