Este viernes, el empresario sanjuanino Andrés Icazati fue juzgado en Flagrancia por violar el aislamiento obligatorio dispuesto por el Estado tras haber regresado de México. Con barbijo y sin emitir palabra, el empresario se sentó ante el juez Carlos Lima y ante el fiscal Ivan Grassi para escuchar su condena.
En la ocasión, y ante la presencia del abogado defensor Jorge Lecich, el juez condenó al empresario con prisión condicional de 8 meses por resultar autor penalmente responsable de infracción al artículo 205 del Código Penal. A su vez deberá realizar tareas no remuneradas a favor del Estado, en este caso el municipio de Rivadavia, por el término de 2 meses a razón de 3 veces al mes por 3 horas de labor cada día, una vez que termine la etapa de aislamiento social preventivo y obligatorio conforme al decreto 325/20 de Nación.
Luego el juez decretó la libertad al hombre y le recordó que no deberá volver a cometer algún hecho delictivo y se deberá abstener de consumir bebidas alcohólicas o estupefacientes. Mientras tanto deberá permanecer en el domicilio del barrio en el que vive en cumplimiento de la Cuarentena total.
Por otro lado se acordó el pago de costas, que no es una multa. La medida se acordó con la defensa técnica en el cual se tomó en cuenta los gastos del proceso que son de 15 mil pesos.
"El señor Icazati reconoce la existencia del hecho que se le imputa en carácter de autor material y asume que su conducta tiene un encuadre legal al aislamiento obligatorio", indicó el fiscal en el juicio y subrayó que tal pena era pedida dado "el grado de afectación de este virus que ha llevado a los Estados a actuar de manera drástica".
Por último, el juez le recordó que "dentro de las reglas de conducta está no volver a cometer otros hechos delictivos. Si no lo hace puede ser aprehendido en situación de Flagrancia y eso le generaría una nueva condena" y se aplicaría los 8 meses de prisión que ahora es condicional.
