"Nunca dejé de creer en la justicia". Con esas palabras, Eduardo Martínez celebró que la Sala Segunda de la Cámara Penal condenara a Perpetua a Mariano Valdéz por el crimen a sangre fría de Myriam Morales. Su mujer fue apuñalada el 15 de febrero de 2019 en Médano de Oro, cuando fue a limpiar la casa de su padre.
"La verdad que son momentos que uno vive muy nervioso porque espera esta resolución ansiosamente. Uno espera la sentencia de perpetua, la pena máxima. Uno estaba con esa incertidumbre y cuando dieron a conocer la sentencia, uno se llena de alegría, de emoción porque uno dice 'bueno ahora sí mi señora descansaría en paz', se hizo justicia", expresó Martínez a Diario La Provincia SJ.
El esposo destacó que toda la espera por el juicio lo llenó de incertidumbre. "La pandemia jugó en contra. Uno decía 'la pucha que va a pasar ahora'. Y cuando me llamaron y avisaron que comenzaba el juicio, que tenía que presentarme, empecé a ver otra cosa. Empecé a retomar la creencia que uno tenía perdida. Nunca dejé de creer en la justicia, lamentablemente los tiempos de la justicia no son los tiempos que uno quiere pero se hizo justicia y eso es importante", puntualizó.
Eduardo tuvo que declarar en el juicio como esposo de la víctima. Su mujer había denunciado un año antes al asesino por hostigamiento y tenía una perimetral para no acercarse por violencia de género. Sin embargo el asesino no respetó esto y la mató. "Con cosas que uno no quiere tener presente, porque son cosas feas. Uno lleva el recuerdo, el mejor momento vivido con ella y tener que recordar esto y relatarlo es muy duro. Conté cómo me enteré, cómo fue cuando llegué a mi domicilio. Fue muy duro y es inexplicable lo que uno siente", agregó.
El juicio, Valdéz lo siguió via on line por videoconferencia desde el Servicio Penitenciario Provincial, por el protocolo coronavirus. Por su parte, Martínez pudo verle la cara a través de la pantalla en la Sala 2 de la Cámara Penal. "Cuando lo ví sentí bronca, impotencia, pero llevamos el caso a las manos de Dios y si hay un Dios lo va a juzgar y sabrá que va a hacer", destacó.
Por su parte, Adriana Morales, hermana de la víctima, siguió el juicio a la distancia desde La Plata. La hermana contó que todo fue muy difícil porque le hubiera gustado estar al lado de sus seres queridos pero el resultado es el que agradecen a Dios: la condena perpetua.
"Estábamos conmovidos e intrigados por lo que podía pasar porque teníamos un cambio de abogado porque Juan Bautista Bueno ahora es juez. Hoy cuando mi cuñado me manda un audio me dijo que estaba en Tribunales esperando la sentencia y yo no lo podía creer, fue tan rápido", expresó.
Adriana vive en La Plata con su familia y el día del crimen estaba con el hijo de Myriam y la madre de ella volviendo de las vacaciones. En aquella ocasión, se dedicó a pleno a contenerlos en un escenario que nunca imaginó que podía pasar. Por eso ahora quiso viajar para estar con su familia pero por la pandemia todo se complicó y no pudo salir de Buenos Aires.
"Ahora a la distancia se sufre pero no se si el doble o triple. Quería viajar y no pude por esto del coronavirus. Quería estar apoyando a la familia, para transitar juntos. Acá era estar pendiente del teléfono y lo sufrí mucho. Cuando recibí la noticia fue una mezcla de sensaciones. Es un pseudo festejo porque sería festejo si estuvieramos todos incluyendo Myriam. Es algo que se podría haber evitado. Es una mezcla de sensaciones imposible de volcar", finalizó.