Historias

14 años sin Romina Chirino: de un "juicio vergonzoso" a la lucha sin fin de su familia

Tenía sólo 16 años y cuando caminaba a la vera de Ruta 40, un motociclista que habría intentado tocarle la cola le causó una caída mortal. Sus padres y hermanos la recuerdan y homenajean acompañando a otras familias que sufren terribles pérdidas.
domingo, 15 de septiembre de 2019 14:44
domingo, 15 de septiembre de 2019 14:44

"Hace 14 años y 5 meses que  nos arrancaron a Romina. El día que terminó el juicio le prometí que no íbamos a permitir que olvidaran lo que le pasó; su cruel muerte nos destrozó pero nos rearmamos para salir adelante". Esa fue la sentencia que Clara Chirino, madre de la adolescente de 16 años que murió tras un siniestro vial cuyo juicio generó polémica en San Juan, hace para iniciar la charla con Diario La Provincia SJ.

La semana pasada, ella y sus hijas participaron de la marcha para pedir justicia por otro caso de abandono en siniestro vial; el que le costó la vida a Nahuel Chávez en Pocito. No es la primera vez que acompañan a familias que pasaron lo mismo que ellos. "Cuando nos pasó lo que de Romina hubo gente que sin conocernos nos dio su apoyo. ¿Por qué no lo haríamos ahora? Estamos para ayudar, para ser útiles en todo lo que podamos. Cuando a uno le pasa esto; que es lo peor que nos puede tocar, uno se siente desamparado y desorientado", agrega.

Su tono de voz denota que esa tarea comprometida la afecta y recuerda a su gran dolor. Romina Chirino tenía 16 años cuando el 27 de marzo de 2004, a la salida de un boliche, la muerte ensombreció todo. Iba caminando junto a un amigo a la vera de Ruta 40 y a poco más de media cuadra de calle Barboza sufrió una brutal caída. Ricardo “Piri” Gómez iba en la misma dirección a bordo de una moto y, según aseguraron testigos, quiso tocarle la cola. La maniobra le valió una embestida que hizo que Romina perdiera el equilibrio y su cabeza diera contra el pavimento. Nunca más despertó.

Tras pedidos de justicia, marchas y reclamos, el juicio a Gómez se realizó y tuvo una sentencia que agregó más dolor a los Chirino. Fue condenado a 3 años de prisión fuera de la cárcel y 5 de inhabilitación para conducir por "homicidio culposo sin intención" ya que no se consideró el pedido de la familia para juzgarlo por “abuso sexual seguido de muerte” y sí se valoró que Romina iba por la calle (no a la vera) y en el mismo sentido del tránsito, es decir que estaba en infracción.

La previa estuvo plagada de cuestionamientos ya que incluso se afirmó que efectivos de Comisaría 8º habían movido el cuerpo de la joven tras la muerte y que Gómez nunca quiso abordarla en una maniobra de abuso.

"Ella no tuvo justicia. Esta es una lucha que no termina más, un dolor que no se va. Solo nos queda aprender a vivir con su ausencia que nos va a pesar hasta el último día. Cuando nos arrebatan un hijo, perdemos la noción del tiempo. La muerte de Romina, para mí, es como si hubiese pasado ayer. Sólo me doy cuenta del paso de los años cuando miro a mis otros hijos que eran chicos cuando nos pasó todo esto. Fue una vergüenza el juicio y mucho más que ese hombre siga manejando.Hace poco atropelló y abandonó a un hombre, viudo y padre de 6 hijos. Podría haber muerto si no lo ayudaban. Eso me hizo recordar todo y la indignación por la impunidad con la que se maneja es inmensa", afirma.

Romina tiene su estrella amarilla que recuerda el lugar donde murió trágicamente.

Pese a todo, Clara y su familia se solidarizan con quienes están en su misma lucha. Van a marchas, se preocupan por llamarlos por teléfono, los visitan o incluso los invitan a su casa para que hablen. "No se si se avanzó mucho aunque ahora "Familias del dolor y la esperanza" trabajan para que todos nos unamos. Es que es muy difícil relacionarse con personas destruidas por una tragedia. La gente no sabe qué decir; cómo ayudar y aparece la soledad de la lucha. Recuerdo que peregrinaba por varios lugares para que todos recibiéramos asistencia psicológica. A veces, en las sesiones, la psicóloga lloraba conmigo. Una gran deuda pendiente es contar en un primer momento con esa asistencia porque la desesperación nos invade. Caemos en un pozo del que hay levantarse por uno y los que quedan", manifiesta.

Los problemas de salud a veces le impiden acompañar más pero hace poco se puso un objetivo. "A raíz de todo lo que viene pasando, vamos a retomar las actividades para apoyar a los familiares de víctimas y volveremos a hacer actividades solidarias y talleres. Todo para recordar a mi niña de la mejor manera y llegar a quienes necesiten. Aunque sea "una farmacia andando" por mis enfermedades, nada frenará que acompañemos a los que pasan por nuestra situación para que no estén solos". 

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