El pasado 25 de septiembre, en la Sala III de la Cámara Penal el boxeador Amilcar Funes, único imputado por el homicidio de Sergio Montenegro fue absuelto en la causa.
Tras conocerse el fallo, el dolor y la bronca sobrepasó a los familiares de Montenegro quien esta semana constituyeron su defensa y ahora irán a la Cámara para apelar el fallo. "Me buscaron porque tienen la intención de que presente el recurso de casación. Están convencidos de la culpabilidad de Funes y quieren que vaya a la cárcel", afirmó la letrada Filomena Noriega a Diario La Provincia SJ.
En medio de un tenso ambiente, el boxeador podía escuchar si se hacía lugar al pedido del fiscal José Eduardo Mallea, que había pedido prisión perpetua por homicidio agravado por alevosía, ensañamiento y robo agravado por uso de arma blanca en concurso real. Finalmente, se avaló el pedido de la defensora oficial Mónica Sefair: fue absuelto por el beneficio de la duda y falta de pruebas que lo incriminaran como el autor material.
"Ellos ya estaban mentalizados en que Funes iba a recibir perpetua, quieren que pague por el crimen de Sergio. Lo que haremos ahora es esperar a que lleguen los fundamentos del fallo y entonces redactar la casación. No tenemos mucho tiempo pero vamos a representar bien a la familia", señaló Noriega.
Los Montenegro no fueron representados por una querella en todo el proceso judicial, por lo que ahora decidieron no esperar más y jugar la última carta en la justicia.
El caso
Una presunta pelea por dinero para comprar drogas sentenció a muerte al peluquero caucetero Sergio Montenegro, en la madrugada del 3 de junio de 2016. Noqueado con golpes con un cenicero y después, asfixiado, el homicida huyó llevándose un celular de la víctima sin pensar que un rastreo de la actividad del aparato lo dejaría en evidencia. Así fue como el exboxeador y campeón mundial Amilcar Funes se convirtió en el principal sospechoso del homicidio y del hurto del teléfono. Horas después habría entregado el celular a los primos Jonathan Manuel y Esteban Rafael Torres y uno de ellos se lo dio a una novia. Ella lo tenía cuando la Policía aparentemente cerró el círculo.
Amilcar Funes sostuvo desde el principio que no conocía a Sergio Montenegro y nunca estuvo en su peluquería, en Avenida de los Ríos. Siempre en boca de su defensa, argumentó que el día del crimen festejó su cumpleaños, en su casa, desde las 22 hasta las 5 de la mañana, momento que se acostó.
Al festejo habían asistido alrededor de 15 personas que, en su momento, fueron presentadas como testigos. El peritaje del IP y las llamadas del celular afirmaron que el teléfono estuvo en posesión de Funes, quien reconoció ante el magistrado en octubre de 2016 que le llegó a través de Jonathan Torres, después de la fiesta.
"Funes estuvo en posesión del aparato entre las 10 de la mañana y las 22. Como a las 19 se dio cuenta que podía tener vinculación con Montenegro y fue a la casa del señor Torres y se lo devolvió", señaló su defensora en ese entonces Lorena Lara. La letrada señaló que en indagatoria el joven dijo que no hizo la denuncia por no querer "quedar pegado" al caso, ya que tenía una pelea internacional en poco tiempo más.
Sin embargo, el boxeador vio trunca su carrera con la imputación y traslado al Penal de Chimbas. Allí esperó por el inicio del juicio que hoy terminó a su favor.