En el juicio por el crimen de Alfredo Turcumán, el joven que murió como consecuencia de una puñalada en el corazón que le habría dado su esposa Claudia Moya, tuvo hoy una jornada determinante.
La Fiscalía pidió para la principal acusada una pena de prisión perpetua al desestimar que se defendió de una agresión por parte de su esposo, y teniendo en cuenta los antecedentes de una relación violenta en la que ella controlaba la vida y vínculos del fallecido. Turcumán tenía una hija de una relación anterior y una visita sin avisarle habría sido el detonante de la trágica pelea.
"Llegué a la conclusión que el homicidio había sido cometido con dolo directo, hubo intención de matar y se agrava por ser conyugue", señaló el fiscal Eduardo Mallea quien destacó que las pericias de emoción violenta a las que hicieron alusión la defensa de la mujer debieron haberse hecho de manera directa después del crimen y que hoy ya es tarde.
Argumentaron que actuó con dolo y que conoció la magnitud del daño provocado al herir con el arma blanca.
