La semana pasada, el ginecólogo Carlos Martínez fue procesado por el juez del Tercer Juzgado de Instrucción, Guillermo Adárvez, en el marco de siete abusos sexuales. Entre los denunciantes habían incluso una nena menor de edad que por primera vez se hacía atender y una mujer embarazada. En este contexto, la abogada defensora de Martínez, Mónica Sefair, aseguró que el procesamiento no está firme y que prima en él el principio de inocencia.
"El juez manifiesta que se reunió un cúmulo de pruebas que a él le implicaría que el imputado habría cometido los hechos por los cuales el fiscal hizo el requerimiento", comenzó explicando la defensora en radio Sarmiento.
La abogada señaló que su defendido "no tuvo intención de abusar, según su relato" y lo que ocurrió "es parte de su practica habitual en cuanto a la atención de sus pacientes que posiblemente la hayan percibido como algo abusivo". Luego señaló que es importante delimitar cuándo la práctica ginecológica del doctor Martínez "dejó de ser una práctica médica" y empezó a ser vista como un abuso". "Esta práctica médica es invasiva a la integridad íntima de la mujer. Es muy delgada la línea que separa lo médico de lo abusivo", aclaró.
La abogada aseguró que hay un detalle que primó en las declaraciones de todos los pacientes y es que él usaba guantes al momento de hacer el palpado en los genitales de las mujeres. "Eso indicaría su profesionalismo", puntualizó la abogada. Luego señaló que otras pacientes declararon que en algunas ocasiones no las hizo usar batas para la práctica. "Esto es común porque las clínicas proveen 4 o 5 batas esterilizadas y hay médicos que prefieren no usar batas ya usadas", agregó.
La defensora consideró que muchas mujeres se sintieron vulneradas a sus derechos tras ser examinadas por el ginecólogo pero pese a eso luego volvieron a otra consulta e incluso no lo denunciaron en su momento y esperaron que saltara la causa ahora.
