Hace casi dos años, una nena de 11 años perdió a su ser más querido: su mamá. La pequeña la esperaba a la salida de la escuela para volver con ella a su casa de Rawson. Sin embargo, el destino le jugó una mala pasada. Un colectivo de La Marina atropelló a su mamá en avenida Libertador y Catamarca, en Capital. Producto de esto, Evangelina Ester Brizuela (46) falleció y su hija quedó al cuidado de su tía.
En este contexto, y a 22 meses del siniestro vial, la justicia dispuso que la empresa, el seguro y el chofer de la unidad le paguen una renta a la hija de la víctima que sea equivalente al 3/4 de un salario mínimo, vital y móvil. De esta forma recibirá el dinero que le permitirá retomar la actividad formativa que llevaba antes de la tragedia. Así lo aseguró Fernando Ramhé, abogado de la menor, quien adelanó que se trata de un fallo novedoso en la provincia ya que no se registra un antecedente igual.
"Después del accidente, había quedado en vulnerabilidad. A partir de estas circunstancias y habiendo una condena penal determinada por la responsabilidad del colectivero, nos presentamos e independientemente de la indemnización que rige al momento de dictar la sentencia, pedimos que se repare esta situación de vulnerabilidad. Para eso pedimos que se fije una renta periódica a favor de la menor mientras se sustancie el juicio, más teniendo presente que estas acciones suelen ser bastantes dañinas para quiene necesita una reparación urgente del daño sufrido", explicó el abogado en radio Sarmiento.
Luego explicó que el juez dispuso, "con muy buen criterio", la medida compensatoria tras "valorar y hacer un análisis de la fijación de los hechos y de la responsabilidad penal determinada por la justicia correccional". "Una vez definidos los hechos de cómo ocurrieron, analizar y verificar que estaba en una situación de desamparo, dispuso la renta equivalente a 3/4 de un salario mínimo. Es un monto variable", agregó.
Esto es a partir que la menor, al momento de fallecer su mamá, estudiaba inglés, hacía danza y era una alumna regular de un colegio secundario. "Tenía una actividad extensa que hoy se veía frustrada", aseguró.
