Una experiencia desagradable y amarga vivió una joven madre cuando regresaba del dique de Ullum. Según relató, el hecho ocurrió el jueves pasado en la siesta, alrededor de las 17.45, cuando regresaba en camioneta junto a sus tres hijos de 6, 12 y 16 años de edad. De acuerdo a lo informado, a esa hora circulaba por calle Benavidez cuando a la altura del Servicio Penitenciario un grupo de efectivos policiales le pidieron detener su rodado.
En ese momento ella les facilitó los papeles del auto y documentos, pensando que era un operativo normal de tránsito, pero en realidad era los penitenciarios habían detectado que una mujer había intentado ingresar droga al Penal y necesitaban una persona que sirviera de testigo de la requisa.
"Iba saliendo de la pileta, venía del dique con mis tres hijos menores. Venía como todas las siestas del verano, que voy un rato a estar con ellos en la pileta y a las 17.45 me detuvieron. Recuerdo que era esa hora porque tengo un negocio y a las 18 tenía que abrir y mi hija tenía cosas que hacer", recordó Carolina Ávila en radio AM1020 quien detalló que, pese a estar con menores de edad en la camioneta, le pidieron que se bajara del vehículo y los acompañara.
Según su relato, en ese momento, ella les dijo que iba con sus tres chiquitos y que no iba vestida de manera adecuada como para ingresar al penal. La chica venía de la pileta con un vestido playero y de bajo la bikini. "Mirá como voy vestida, le dije, con biquini y atuendo playero. Y me dijeron 'lo mismo me vas a tener que acompañar' para entrar al penal. Pero les pregunté 'qué hago con mis hijos, no puedo dejarlos a la deriva'. Estacioné la camioneta casi en la puerta. Les dije que la mamá ya volvía y mis hijos tenían lágrimas en los ojos", recordó.
Una vez en el Penal fue trasladada a una oficina, previo retenerle la billetera con todos sus documentos, y allí se encontró con el operativo antidrogas. En la oficina había una mujer a la que le habían secuestrado cocaína escondida entre sus pertenencias y Carolina debía ser testigo para el momento que se labraba el acta.
"Me tuvieron una hora con 40 minutos, estaba desesperada, quería saber qué pasaba con mis hijos", comentó destacando que ella no conocía a la mujer que había sido detenida y que la hicieron cruzarse visualmente con ella para identificarla.
"Yo iba vestida de pileta y sentía la risa y burla de esta gente que estaba ahí... como estaba vestida no pasaba desapercibida. Cuando termina todo me dicen que ya está, firmo todos los papeles, nadie me acompaña y me abren las puertas para que salga. Ahí me esperaba mis hijos y mi novio", lamentó la mujer que señaló haber vivido un momento muy desagradable.