Un doloroso silencio es lo único que rodea a la causa de José María Cappes, el joven de 22 años que falleció después de ser atropellado por un auto que se dio a la fuga, el 9 de julio de 2011. Después de ese día, no se obtuvieron datos certeros de quién fue el responsable y ni siquiera se identificó el vehículo.
"No sé cómo puede vivir con eso. Tampoco sé cómo las personas que lo rodean y que son cómplices soportan vivir con eso. Se lo dejo en manos de Dios pero seguiré pidiendo justicia porque algún día tiene que aparecer", dijo Violeta Robledo, la mamá de José María que vive desde ese día con un dolor que la atraviesa y no sana.
"No se cómo ese hombre o mujer hace para salir a la calle, ver los carteles con la foto de mi hijo y saber que destruyó familias. Sigo creyendo que la policía y la justicia no hicieron lo suficiente para encontrarlo o como me dijeron una vez, no se encuentra lo que no se quiere buscar. Me señalaron que podía ser familiar de alguien importante, pero no se confirmó porque nunca tuvimos nada", agregó sensibilizada por el hecho.
El 9 de julio de 2011, a las 5 de la mañana, un joven moría atropellado por un auto que luego se dio a la fuga en calle General Acha y Progreso en Rawson.
José María Cappes, conocido cariñosamente como "Baba", iba con cuatro amigos con los que había ido a un cumpleaños, de los cuales algunos resultaron heridos pero pudieron salvarse. Desde entonces buscaron el auto que los atropelló, un Renault 12 o un Fiat 147 blanco, que nunca apareció.
La justicia investigó el hecho y hasta el Ministerio de Gobierno de la provincia puso una recompensa de 100 mil pesos para quien aportara datos sobre su paradero. Pero nada ocurrió y la causa sigue parada.