sábado, 18 de julio de 2015
11:04
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Rubén Elizondo, de profesión agente penitenciario, falleció ayer en manos de dos delincuentes que entraron a robar al taller metalúrgico Hidalgo, lugar que él visitaba frecuentemente. Recibió un disparo en el tórax y horas después falleció en el Hospital Rawson. Pero esta no es la única tragedia que sacudió a la familia Elizondo.
La noche del 22 de abril de 1991, cuando Rubén tenía apenas 10 años, fueron noticia luego de que Oscar Elizondo, su padre, falleciera víctima de un brutal crimen. El hecho ocurrió en la zona del Quinto Cuartel en Pocito, en donde encontraron el cuerpo del hombre asfixiado y quemado en su camioneta.
Oscar fue asesinado por pedido de su esposa, María Funes y su amante, Vicente Olmos. Quien finalmente perpetró el crimen fu Alejandro Camacho, un amigo de la mujer, quien lo engañó y lo llevó a un lugar despoblado. Allí lo golpeó, lo asfixió y luego lo prendió fuego junto con su camioneta. Año y medio después, les dieron cadena perpetua a los tres.