La hipótesis del asesinato pasional cada vez cobra más fuerza pero todavía faltan las pruebas que incriminen al único detenido. Uno de los puntos más fuertes es el celular de Carlos Echegaray, que siempre llevaba con él y que el día del crimen no se encontró por ningún lado.
El aparato, de última tecnología, podría llegar a tener el registro de las últimas llamadas recibidas y realizadas, además de los mensajes enviados y recibidos. Con estos datos se podría saber con quienes mantuvo un contacto telefónico antes de morir.
Lo que moviliza a los investigadores es el hecho de que el chef conocía a quien lo asesinó ya que la puerta de ingreso permanecía intacta y sin ningún punto que indique que fue forzada. Eso da a las claras que Echegaray permitió que entrara al domicilio quien después se convirtió en su verdugo.
Fuentes confidenciales, indicaron a Diario la Provincia que presumir que es alguien vinculado a su lado afectivo se debe a que apareció en la cama maniatado, lo que podría haber sido voluntario por parte del chef, lógicamente sin saber las consecuencias posteriores.
Carlos Echegaray apareció muerto el jueves a la tarde en su casa de Capital pero la autopsia indicó que habría muerto entre la noche del lunes y la madrugada del martes. El olor nauseabundo que salía de su casa, alertó a una vecina de su ausencia, con lo que dio aviso a la policía.
Echegaray sólo tiene un hermano que vive en Mendoza y no cuenta con sus padres en vida. Por esta causa hay un solo detenido que sería su ex pareja oriundo de Chimbas y de 32 años de edad. El caso está en manos del 4º Juzgado de Instrucción a cargo del juez Maximiliano Blejman.
