Sin motivos para estar en el calabozo

El hombre que dijo llorar sangre ya está en libertad

El juez que lleva la causa aseguró que si tiene una alteración mental será inimputable. Ya no está más en un calabozo y en pocos días será citado para declarar nuevamente.
viernes, 27 de septiembre de 2013 08:27
viernes, 27 de septiembre de 2013 08:27

Fabricio "Juan Pablo" Fernández, el hombre que dijo llorar sangre, ya no está en un calabozo. Así lo aseguró el juez de faltas del 2° Juzgado, Ricardo Grossi Colombo en Radio Sarmiento quien señaló que ya no hay motivo para tenerlo detenido y se está evaluando internarlo en el hospital para que continúe el tratamiento médico que abandonó hace unos años. 

"Los médicos aseguraron que necesita retomar el tratamiento urgente porque no está bien", señaló Grossi quien no pudo confirmar dónde está el hombre de 32 años en este momento pero que aseguró que es muy factible que esté en su casa.

"Lo tengo que volver a citar para declarar pero imagínese que si no está en sus cabales es inimputable", sentenció el juez.

Fernández fue detenido el miércoles a la noche después de que Salud Pública lo denunciara por infringir el artículo 156 del Código de Faltas. Éste está vinculado a la explotación de la fe pública y su castigo es una multa económica o días de arresto. "Él aseguró que nunca hizo un contacto de su sangre con la de los demás porque hace muy poco tuvo la primera manifestación de este tipo y las sanaciones las hizo hace un año", finalizó quien aclaró que el código establece un castigo para quien utilice la religión y la fe de la gente con fines lucrativos. 
 
El caso
Fabricio es un hombre de 32 años que vive en el Barrio Bardiani y según declaró en los medios locales, sus pedidos en la oración llevan a que llore sangre. En los rezos, él pedida para que la humanidad dejara de sufrir. Pero según sus declaraciones, jamás imaginó que iba a experimentar una sensación tan especial hace tres semanas: comenzó a llorar abundantes lágrimas de sangre en el momento del rezo.
   
 "Esto empezó hace tres semanas cuando rezaba. Acostumbro a cerrar los ojos para rezar. Sentí un calor en mis mejillas, me toco y era sangre. Abro los ojos y veo que tenía los lagrimales llenos de sangre. Mi madre me vio y se sorprendió totalmente", dijo el joven, que adoptó el nombre de Juan Pablo (por el Papa polaco), en declaraciones a Canal 13 San Juan.
 
Esa no fue la única vez ya que el fenómeno de repitió el 18 de septiembre y durante la madrugada del 22 de septiembre a las 5.45.

 

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