Por Raúl Moreno. Contador Público.MBA
Cada día que amanece renovamos las esperanzas de que nuestro país retome nuevamente su camino para el desarrollo, porque internamente sabemos que el desarrollo del país se traducirá, tarde o temprano, en el desarrollo de sus habitantes, es decir, de todos nosotros.
Lamentablemente, la visión que los argentinos tenemos de un país desarrollado cambia de generación en generación y de persona en persona. No ha sido fácil, en nuestra corta historia, ponernos de acuerdo qué camino nos llevará al ansiado objetivo, porque tampoco estamos muy de acuerdo en cuál es ese objetivo.
Por eso también nos duelen aquellos años que, lamentablemente, nos alejamos del círculo virtuoso del desarrollo y nos concentramos en resolver problemas cotidianos, o "atajar penales” como vulgarmente nos gusta decir.
Esos períodos de intenso debate, como el que vivimos por estos días, son tiempo perdido que nos retrasan y nos demoran en nuestro desarrollo como país.
Por estos días, el mundo es testigo de cómo se degrada la economía argentina día tras día, a tal punto de hacernos entender que el gobierno, que la mayoría votó para desarrollar el país, ha perdido la iniciativa y se encuentra atajando penales, en vez de diseñando políticas propias del desarrollo.
Como la frustración crece, tanto de parte de los que no comparten la visión del gobierno, como de los simpatizantes del modelo por la insatisfacción de no lograr profundizarlo como sería su gusto, la expectativa que pretenden generar mediante las medidas que son anunciadas por cadena nacional, no dura más de 48 horas. Con mayor frecuencia, cada vez que habla la presidenta y quiere calmar los mercados, el efecto es el contrario.
Así es que el mercado reaccionó duramente ante la noticia del martes pasado de la presidenta que propuso comprometer al Congreso Nacional en la solución del problema de los buitres. Una iniciativa inútil para algunos, pero una iniciativa al fin.
Como dicen que "el público se renueva”, se intenta nuevamente lo que no se pudo instrumentar hace un año. Ya el 20 de Septiembre de 2013 se promulgó la ley 26886 que autorizaba al Poder Ejecutivo nacional a realizar todos aquellos actos necesarios para la conclusión del proceso de reestructuración de los títulos públicos, por lo tanto, una nueva ley no sería necesaria. Sin embargo, el Ejecutivo pretende involucrar esta vez, tanto a la oposición como a los otros poderes del Estado tal vez para lograr el éxito que entonces no tuvo.
Pero el futuro que le espera al gobierno transitando este camino es cada día más vidrioso. Todavía falta saber si la iniciativa será acompañada por la oposición, para ser votada y aprobada en tiempo récord y si va a ser aplicable en la realidad, pues, mientras tanto, el juez Griesa la ha declarado ilegal aún antes de ser proclamada, y las instituciones que tienen que tomar parte en la operación de canje no querrán exponerse a las sanciones del desacato a lo dispuesto por Su Señoría.
En este contexto, la actividad económica oficialmente ha dejado de crecer. (Según INDEC el crecimiento del EMAE fue del 0%), lo que provoca cierres y despidos.
El mercado cambiario se volvió a recalentar, el BCRA volvió a devaluar y el peso argentino es la tercer moneda que más valor perdió en el mundo en el 2014.
El mercado paralelo ha recuperado su tendencia alcista y ahora la brecha entre la cotización oficial y la cotización "blue” ya es de más del 60% (igual que antes de la devaluación de Enero).
La ecuación de la convertibilidad (Pasivos monetarios contra reservas) nos dá cerca de los 13,50 pesos por dólar, pero la cotización dependerá más del ánimo de los mercados y los ahorristas que de las fórmulas técnicas. El gobierno sacrificó el último viernes 40 millones de dólares de reservas para hacer retroceder unos pocos centavos el máximo que se había registrado el Jueves.
Por otro lado, la inflación no baja y las expectativas de inflación son récord en el interior del país con una media del 35% anual (Según el último informe de la Universidad Torcuato Di Tella).
Algunos comenzamos a sospechar que la razón real por la cual el gobierno ha aceptado entrar nuevamente en Default, es que las reservas no alcanzarían para hacer frente a los compromisos, independientemente de la sanción o no de la ley propuesta por Cristina.
También oficialmente se reconoció que aumenta la desocupación (Según el INDEC) a pesar de que hay menos personas buscando trabajo.
Como ya dijimos varias veces, el déficit fiscal es récord y la emisión de pesos del segundo semestre rondaría los 130.000 millones.
Las empresas participan diariamente de esta incertidumbre y no son pocas las que cierran o se reacomodan a un escenario recesivo, devaluatorio e inflacionario.
Los rumores están a la órden del día, se habla de otra mega devaluación entre otras cosas.
Menos grave, el riesgo país superó la barrera de los 800 puntos.Lo único que inspira cierto optimismo es que el índice Merval ha superado los 9000 puntos y que el Juez Griesa no declaró todavía a la Argentina en desacato.
En el fútbol se sabe muy bien que no hay mucho que esperar de la serie de penales, es básicamente suerte, por eso es que los equipos generalmente evitan ir a los penales, podrá evitarlo Argentina?
