¿Qué sucedió en las Sierras de Córdoba?

El foco de la información está relacionado no sólo con los sucesos y el medio que lo produjo, sino también con nuestra propia percepción, esa emoción interior que nos orienta hacia determinado aspecto del suceso y selecciona lo que cada uno determina importante
domingo, 22 de septiembre de 2013 01:24
domingo, 22 de septiembre de 2013 01:24

 Por: Ivan Grgic

La semana pasada, en las sierras cordobesas sucedieron varias situaciones. Según la percepción de cada espectador fue un caso de incendios, para otros problemas de gobierno, unos se detuvieron en los posibles culpables y otros vieron el trabajo de bomberos y pobladores.

Para la mayoría, siguiendo el afán mediático, hubo incendios en más de 90000 hectáreas. Las llamas fueron protagonistas de una incesante destrucción que parecía crecer hasta el descontrol y la impotencia absoluta. Su fuerza y grandeza generaron un impacto con pocos antecedentes y cada foto, cada filmación y cada descripción fueron escasas para tamaña catástrofe. Para otros, el tema de fondo fue la incapacidad de los gobiernos de dominar el problema en cuestión, visibilizando la incompetencia para afrontar el tamaño del incendio. Fue insuficiente la logística de los bomberos, los aviones fueron inútiles y hasta posibilidad de solicitar ayuda a Chile fue tomada como una muestra más de debilidad.

 

En otros casos, el tema fue la intencionalidad o inconciencia de quien/es inició/aron el fuego, enfocando la situación en la raíz cultural de compromiso ambiental, que va de la mano con la deforestación promovida por la sojización que busca cada vez más terrenos de siembra cerealera con afán de lucro. Finalmente, aparecieron algunas notas sobre los que se dedicaron a apagar el incendio, bomberos y pobladores comunes que no esperaron del cielo ni el avión hidrante ni la lluvia para tomar el toro por las astas, dejando a la luz sus lágrimas por lo perdido o la suciedad que tiznaba los rostros de lucha incansable.


Sucedió todo esto. Pero, para cada uno, ¿qué sucedió? El foco de la información está relacionado no sólo con los sucesos y el medio que lo produjo, sino también con nuestra propia percepción, esa emoción interior que nos orienta hacia determinado aspecto del suceso y selecciona lo que cada uno determina importante. Tiene mucho que ver el estímulo recibido por las imágenes que los medios transmitieron y sus propuestas de análisis, pero sobre todo depende de nuestras emociones perceptivas que acogieron una mirada más que otra.

Las personas percibimos fundamentalmente en base a nuestras necesidades y deseos, y la fuerza de esas búsquedas atrae aquello que las sacia, ignorando lo que no se relaciona. De hecho, muchas campañas publicitarias se apoyan en esta relación. Ante esto, la percepción selecciona, organiza e interpreta las sensaciones. La selección depende de las características personales captando sólo lo agradable o los que calma la necesidad e interés. Luego se clasifican en la mente configurando un mensaje, descripto de manera diferente según la escuela psicológica de análisis. Al final se interpretan cuando la persona le da significado a los estímulos organizados. De allí surgirá la percepción definitiva.

Podemos analizar este proceso hacia dos opiniones finales: mirando a los productores de estímulos y a nuestro sistema interior de análisis. Es claro que cada vez más los medios de comunicación, en sus diversas instancias de producción de las noticias, van configurando una propuesta acerca de los temas noticiables y sus enfoques, que buscan prolongar el contrato con su público y ampliarlo. Por eso, para algunos medios sólo hubo un incendio en Córdoba, para otros sólo fue un tema de gobierno, de inconciencia o de compromiso social.

La participación activa en la producción de noticias o, en su defecto, el análisis activo que mira con los diversos ángulos del prisma, es un ejercicio cada vez más necesario. La participación implica dar datos a los medios, cuestionar enfoques, proponer miradas interpretativas, etc., de tal manera que los sucesos no sean sólo de un cronista y su medio. El análisis activo, más cercano a nuestras posibilidades, exige una mirada crítica de la información: ¿es todo? ¿Hay puntos no dichos o mostrados? ¿Por qué se insiste en ese aspecto? ¿Está suficientemente probado? ¿Por qué no dicen nada sobre el otro aspecto o tema?

Nos queda nuestro propio sistema de análisis, vinculado a nuestro modo de percibir y a nuestras emociones de base. Para algunos analistas, los traumas y neurosis vividas conforman el modo inicial de percibir. Para otros, las emociones básicas de tristeza, amor, disgusto, ira, alegría, sorpresa o miedo. Lo cierto es que nuestra sensibilidad interior marcada por nuestra historia personal tiñe de alguna manera nuestra capacidad de análisis "objetivo”, llevándolo a niveles de subjetividad enfermizos (baste ver el personaje de "Denis”, en la comedia "Solamente vos”).

La pregunta acerca de lo sucedido en las sierras de Córdoba es sólo una. Se podrían enumerar unas cuantas más de orden público, orden político, social y hasta deportivo. La pregunta más importante es: ¿qué sucedió esta semana en nuestra familia? Es que el amor cotidiano es el único objetivo subjetivo que vale como noticia diaria. ¡Y construida por cada uno!

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