El descanso

Es el momento de relax para escuchar, para ver y para animarnos a vivir en la verdad de lo que brota de nuestras manos, de lo que surge de nuestras esperanzas compartidas, de lo que cosechamos de nuestro esfuerzo, de lo que empieza en la decisión y no tanto en un nuevo calendario.
domingo, 29 de diciembre de 2013 00:46
domingo, 29 de diciembre de 2013 00:46

 Por Ivan Grgic

Nancy Meyers ha propuesto excelentes comedias norteamericanas como "Enamorándome de mi ex”, "Alguien tiene que ceder”, "Lo que ellas quieren”, o aquella "Juego de Gemelas” con una niña llamada Lindsay Lohan. Casi siempre ha sido acompañada por la música fabulosa de Hans Zimer y juntos trabajaron también en "El Descanso” ("The Holiday” en el original). Meyers nos lleva a las vacacione de fin de año de Amanda Woods (Cameron Diaz) e Iris (Kate Winslet). Esta es londinense y Amanda de Estados Unidos. Ambas cargan con sus pesos afectivos en medio de las tensiones laborales y, acordando por internet, se trasladan a descansar en la casa de la otra. En esos espacios nuevos, los sentimientos más profundos les darán una oportunidad de cambio que habrá que aprovechar, siempre y cuando miren su realidad con realismo, afronten las soluciones de frente, y se dispongan con firmeza a construir lo nuevo. Es un descanso para volver a ser.


Al llegar a fin de año quisiéramos desconectarnos de todo y dejar solo algunas redes de contacto puramente positivas, reparadoras y llenas de alegría. Pero, al igual que en esta comedia con final feliz donde aún las lágrimas tienen su cuota de humor, el camino de los pesares "es complicado” (título original de "Enamorándome de mi ex”) y golpean nuestra puerta de muchas formas. Por eso también sirve como metáfora social.

Detroit es otra metáfora de este fin de año. Con una deuda de 18.500 millones de dólares, 78.000 edificios abandonados, una emigración del 50% en los últimos 60 años, el 40% del alumbrado público que no funciona, índices de criminalidad altísimos y solo un tercio de las ambulancias funcionando, la que fuera una pujante "perla industrial" generadora de empleos para miles de personas, "bendecida con la vitalidad de la industria automotriz y orgullosa de su mote de Ciudad Motor'', tuvo del juez Steven Rhodes el fallo de quiebra.

Se habla de incapacidad política y mala administración para este lugar famoso por compañías General Motors, Ford o Chrysler, que pasó de 1,85 millones a solo 700.000 habitantes en 50 años, con niveles actuales altísimos de desempleo, deuda, déficit crónico, emigración, incapacidad financiera e inseguridad creciente. Y no es la única en el país del norte en esa situación de bancarrota.

¿Es pertinente la cita de estas situaciones? ¿Es válida su cercanía comparativa y metafórica? Por un lado pareciera que estamos lejos de romanticismos novelescos e historias industriales con picos altísimos y bajísimos de producción e impacto social. Sin embargo, simultáneamente ambas historias nos tocan por similitudes de sentimientos e índices críticos, cansancios del año que termina e ilusiones del próximo, inquietudes actuales y las del porvenir. Es el sentido de la pertinencia y validez de esas metáforas: tenemos un tiempo de descanso como oportunidad.

Los protagonistas de la película planean el descanso solo como relax, tranquilidad, "que nadie moleste”, un breve parate para continuar. Pero descubren sus complicaciones y se animan a sumar a ese descanso la oportunidad de cambiar, de recomenzar y de decidir. Así, tanto la provincia como el país viven presiones sociales con matriz económica y política de variado nivel de responsabilidad, gravedad y origen. Es falso afirmar que estamos cercanos a Detroit, pero es desquiciado ilusionarse con unas vacaciones que lo resuelvan todo por arte de magia y es justo reconocer que tendremos muchos meses totalmente diferentes de algunas metas de bienestar que parecían tan cercanas.

Nuestro descanso es una oportunidad de repensar, de cambiar y de construir mancomunadamente. Las discusiones de la década ganada o la 2º reconstrucción provincial deben dar paso a este momento: único, inesperado para muchos, desafiante, con raíces que tienen tanto las posibilidades del baile final del citado film como el de la quiebra de la Ciudad motor. El fruto depende del cultivo de los actores.

Puede pesar el querer ser lo que no pudimos tener y no queremos dejar atrás; puede pesar la presencia de rounds previos a luchas electorales futuras; puede pesar la espera de un nuevo mesías y sus bendiciones celestiales que como viento de cola enmienden y reorienten los problemas. O puede ser el momento de relax para escuchar, para ver y para animarnos a vivir en la verdad de lo que brota de nuestras manos, de lo que surge de nuestras esperanzas compartidas, de lo que cosechamos de nuestro esfuerzo, de lo que empieza en la decisión y no tanto en un nuevo calendario.

¡Feliz el descanso que nos descanse y reanime!

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