Eureka

Las vías normales de ajuste de remuneraciones, según se ha podido comprobar, son una herramienta del pasado y si los remedios legales fracasaron, por qué la gente los habría de respetar entonces? El gobierno reclama diálogo, pero los trabajadores descubrieron, tal vez sin quererlo, que un eficaz disparador del diálogo es la violencia.
domingo, 15 de diciembre de 2013 01:12
domingo, 15 de diciembre de 2013 01:12

 Por Raúl Moreno. Contador Público. MBA

Eureka! (Lo hemos encontrado!). Por mucho que nos duela, los sucesos recientes de la Argentina han develado que la forma de reclamar aumento de sueldo o plus de fin de año es acuartelarse. Las paritarias han quedado así reducidas a un peligroso mecanismo de extorsión.

Las vías normales de ajuste de remuneraciones, según se ha podido comprobar, son una herramienta del pasado y si los remedios legales fracasaron, por qué la gente los habría de respetar entonces?El gobierno reclama diálogo, pero los trabajadores descubrieron, tal vez sin quererlo, que un eficaz disparador del diálogo es la violencia.

 

 

En la misma semana y en forma concomitante con los reclamos recientes, el gobierno a través del INDEC sigue negando la existencia de inflación al publicar que el índice de precios al consumidor apenas acumula un 9,4% en el año, cuando falta sólo un mes para año nuevo.

La violencia solamente es capaz de generar mayor violencia. En este caso violencia es mentir sistemáticamente desde los organismos en los que más deberíamos confiar, que son los del Estado.

 

Por enésima vez, esta semana el Fondo Monetario Internacional se ha pronunciado a favor del cambio propuesto por Argentina en sus mediciones económicas, pero ha dejado muy claro que dicho cambio debe necesariamente hacerse efectivo antes que concluya el primer trimestre del año entrante. A sabiendas, probablemente, que nuestro país últimamente no ha cumplido sus promesas.

 

Recordemos que el ex presidente Kirchner canceló las deudas con el fondo y prometió no hacerle caso nuevamente a sus "recetas” hace unos años cuando los dólares llovían. Pero la situación actual de la Argentina es bastante diferente porque el stock de reservas internacionales de nuestro país no para de caer y necesitamos del visto bueno del Fondo Monetario para poder solicitar algún crédito internacional que traiga alivio a la sangría de dólares.

 

Pero un problema de dinero se soluciona con dinero y quién tiene la facultad para emitir dinero en este país? Con una emisión sin precedentes y sin demanda de pesos lo que engorda es la inflación y los plazos se aceleran.

 

Porque, si bien en San Juan el estado provincial se ha visto obligado a desembolsar más de ciento cincuenta millones de pesos en un plus "de emergencia”, lo que representa un mes entero de recaudación local y también el 62% de una grilla salarial, tarde o temprano, esta suma se agotará y sus beneficiarios se verán tentados de volver a aplicar el único método que les dió resultados: más violencia.

 Entiéndase bien que no estoy haciendo apología de la violencia, sino más bien, estoy señalando el peligro que conlleva el reclamar una solución en forma extorsiva. Los reclamos son por demás justos, lo injustificable es que esos reclamos no hayan sido atendidos cuando se efectuaron por las vías normales y pacíficas.

 Es imprescindible que la Argentina vuelva al camino de la unión y la sinceridad. No se puede estar eludiendo los problemas o pretendiendo que los mismos no existen, porque, más temprano que tarde, esos problemas estallan en un conflicto violento. Ni bien me dispongo a cerrar este artículo, un amigo de Tucumán me comenta por teléfono la gravedad de la situación, a la vez que exclama que se hace cada día más difícil la vida en comunidad, y me quedo pensando… Hubiera querido nunca haber tenido que escribir estas palabras.

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