Desinvertir

Los argentinos hemos incorporado a nuestro vocabulario habitual la palabra "desinvertir", para identificar la acción de una empresa que debe desprenderse de algún activo. En todo el mundo, este proceso es habitual y natural en la vida de las compañías, lo que no es habitual es que sea impuesta por el Estado
domingo, 3 de noviembre de 2013 01:46
domingo, 3 de noviembre de 2013 01:46

Por Raúl Moreno. Contador Público. MBA

A las decisiones empresarias podemos dividirlas en dos grandes grupos: las decisiones de inversión y las decisiones de financiamiento. Mediante las decisiones de inversión, las empresas buscan configurar el menú de bienes y derechos que le permitan obtener el mayor provecho.

Como ya comprenderán, estas decisiones son dinámicas, es decir, las empresas deben monitorearlas continuamente para evaluar si en determinado momento se deben corregir.

Así, una buena decisión de inversión es aquella que encuentra la combinación de bienes que, en cada momento, maximice la rentabilidad de la empresa. Si la empresa necesita tres camiones para mejorar sus procesos de distribución, inteligente será tener tres y no uno o cinco.

 

En los últimos días y especialmente en esta semana, los argentinos hemos incorporado a nuestro vocabulario habitual la palabra "desinvertir", para identificar la acción de una empresa que debe desprenderse de algún activo. En todo el mundo, este proceso es habitual y natural en la vida de las compañías, lo que no es habitual es que sea impuesta por el Estado.

 

Por un lado, el gobierno desea que la desinversión del grupo Clarín, en las licencias que le fueran otorgadas en su oportunidad por el mismo gobierno  y que hoy exceden de los límites que ha fijado la "ley de medios”, se convierta en un proceso sumarísimo que permita al fin lograr su anhelado sueño de la "pluralidad de voces” en los medios de comunicación del país.

 

Por otro lado, el gobierno les pide a otras empresas que no desinviertan, sin embargo, toma todas las acciones para que, en la práctica, desinviertan. Es tan ilógico para las empresas desinvertir en activos que le reditúan como invertir en activos que no le reditúan.

 

Ya en el informe correspondiente al segundo trimestre del año, la empresa Barrick había anticipado que todos aquellos proyectos cuyo costo de extracción por onza de oro supere los mil dólares sería discontinuado. El mensaje para los inversores fue claro, el proyecto de construir la mina de oro más grande del mundo quedaría en Stand By. Invertir en algo que había duplicado sus costos en dólares y no aseguraría la rentabilidad esperada no era bien visto por el mundo de las finanzas. La opción: Desinvertir.

 

Entre las causas esgrimidas para tomar esta determinación estuvo el aumento de costos del proyecto. En Argentina, hoy en el podio mundial de países con mayor inflación, por primera vez en diez años baja el costo de los salarios en dólares. El dólar sube por primera vez más que los salarios, pero no logra compensar el desfasaje causado en los últimos diez años.

 

En este orden de ideas de intervención estatal, es lógico que las empresas sean obligadas a invertir en Bonos del Estado como los Cedin o los Baade. Por ello, analistas internacionales coinciden en afirmar que nuestro ministro de economía es el menos capaz de la región y que el "clima de negocios” empeora cada día.

 Una jueza Sanjuanina entendió esta semana que nuestra legislación laboral no estará completa hasta que exista una ley que imponga la obligación para las empresas de compartir sus ganancias con sus dependientes. Intervenir en las decisiones empresarias, otra vez, puede costarnos muy caro. Lo que sí estamos logrando, con una eficacia envidiable, es que la impresión de los inversores sea que, en Argentina, las decisiones de inversión no están reservadas al ámbito empresario.

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