Este lunes, en el programa "A la Barbarossa", Pablo, el amigo que encontró muerto al popular animador Tota Santillán, ofreció un conmovedor testimonio sobre las circunstancias que rodearon su fallecimiento. Durante la charla, relató los momentos previos al trágico hallazgo y compartió sus sentimientos sobre la situación.
Según Pablo, la preocupación comenzó cuando Santillán no respondió a sus llamadas. “Lo llamamos y no nos atendía. Sí sonaba el teléfono”, recordó, revelando que había estado viviendo con el conductor durante los últimos dos meses. Este silencio inusual llevó a Pablo y otros amigos a tomar la decisión de acudir a su casa.
Al ingresar al domicilio junto con la policía, Pablo se encontró con una escena desoladora. “Abrimos la puerta y nos encontramos con él en el piso, pero en ningún momento vi ningún tipo de botella con combustible”, aclaró, desmintiendo las versiones que circulaban sobre la presencia de una botella de thinner y fósforos junto al cuerpo.
El amigo de Santillán también enfatizó que, a pesar de los diagnósticos previos de bipolaridad y depresión que había recibido el conductor, no había señales de que estuviera en un estado emocional vulnerable. “Estaba bien, estaba proyectando. El ánimo de él estaba óptimo. Una persona depresiva no tiene la energía que tenía”, afirmó, destacando que Tota tenía un espíritu lleno de vida.
Pablo describió el impacto emocional que le causó ver a su amigo en esa situación: “Fue fuerte verlo porque Tota es un amigo, no es un artista para mí. Más allá de sus dotes, fue fuerte encontrarlo. Había mucho olor a quemado. De hecho, persiste. Ya pasaron casi dos días y sigue”.
Con el corazón pesado, también reflexionó sobre la personalidad de Santillán: “Tota tenía más vida de lo que creemos. Tenía mucha alegría. Era un tipo muy carismático. Me llamaría mucho la atención que haya tomado una determinación que todavía queda en la duda”.
