Emoción, lágrimas y nostalgia fue lo que predominó en el programa del domingo en La Peña de Morfi, tras la visita de Luciano Pereyra al programa. Era la primera vez que visitaba La Peña de Morfi después del fallecimiento del querido conductor Gerardo Rozín.
"Un montón de cosas, cosas muy lindas vividas acá, verla y abrazarla a Euge (Quibel)”, dijo el cantante. Y agregó que “soy fanático de esa gente que aún en su ausencia siguen enseñando, y tuve la suerte de conocerlos en vida y de conocerlos aun cuando ya partieron. Entonces, estar acá, por la amistad que teníamos en esta casa, es muy fuerte", agregó.
Pereyra reconoció que el de Rozín fue “un legado muy lindo poder volver a hacer música en un canal tan importante, donde prácticamente no tenemos espacios para hacerlo”. “Y acá se nos abren las puertas desde hace muchos años, entonces estar acá para mí es muy fuerte…”, sumó.
“Hay muchas cosas y… ahí va, pero es así”, dijo, muy movilizado por la emoción. “Hace varios días venía planeando cómo iba a ser este momento, para mí, porque es muy difícil, si bien es hermoso volver, es una enseñanza más de vida porque hay que seguir adelante... es raro, pero qué rareza hermosa porque está acompañada de música, de cocina, del público", cerró.
