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Flor Vigna y su relación con Luciano Castro: "soy muy prejuiciosa del hombre musculoso y bonito"

La actriz estuvo invitada a PH y reveló cómo fueron sus primeros encuentros con el ex de Sabrina Rojas. Mirá lo que dijo.
domingo, 21 de noviembre de 2021 00:00
domingo, 21 de noviembre de 2021 00:00

Este sábado Flor Vigna fue una de las invitadas de Andy Kusnetzoff en Podemos Hablar. La bailarina, quien hace poco reveló que está en pareja con Luciano Castro, contó cómo se conocieron y los detalles de la primera cita que mantuvieron en secreto durante meses.

"¿Estás enamorada?", le preguntó el conductor y ella sin dudarlo respondió que sí. "Quería hacerme la boluda por 3 o 5 años. Con Nico tuvimos una pareja de 7 años y vimos que ya estaba terminado el ciclo y que ya éramos más hermanos que otra cosa. A Lucho nunca me lo había cruzado, ahora nos ofrecen mucho laburo juntos, pero nunca pensé que podíamos tener tantos puntos en común. Soy muy prejuiciosa del hombre musculoso, del hombre bonito. Ahora lo veo a Lucho que tiene una disciplina de boxeador y lo que menos le interesa es el físico, es algo mental muy zarpado y las mismas ganas se las pone a la vida para superar sus límites", confesó.

Encuentro en el gimnasio

Flor asegura que no le suelen llamar la atención los hombres 'trabados', pero al parecer hizo una excepción con Castro. "Nunca me llamó la atención alguien de su contextura y lo conocí haciendo glúteos. Nos habían llamado para una serie que está rebuena y que se va a grabar en el verano. Íbamos al mismo gimnasio pero él usualmente va mucho más temprano, yo llego a las 8.00 o 9.00 pero él va mucho más temprano se levanta como a las 5.00. Muchas veces entrena a oscuras hablando con la gente de limpieza, porque le gusta llevar después a los chicos al colegio y después irse a grabar". 

Asegura que en su primera conversación no tuvo un flechazo pero que le pareció lindo. "Era algo así como 'ah que pebete lindo'. Aparte él tiene algo que es muy muy simple. Por ahí va con las medias por las rodillas, una bermuda. Se viste marginal, y te llama la atención. Tiene su estilo". 

Así comenzó todo. "Cruzamos teléfonos y él me mandó un mensajito. Vino a mi casa a una merienda. Pedí un delivery de una limonada y un budín con glaseado. Los dos queríamos ver qué onda, qué nos pasaba, pero que nadie se enterase porque es refrustrante que la gente conozca tu vida amorosa y por ahí no funciona. Salgo a recibir el delivery y se me cierra la puerta de casa. Me quedé afuera, corrí a lo de mi vieja que vive a diez cuadras, agarré las llaves y volví toda chivada. Me había pintado un ojo y otro no. Cuando llegué estaba Lucho y estuvo bueno porque fue como ir al estribillo. Me pensaba tirar todo encima pero en realidad soy esto", sentenció. 

 

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