El artista Horacio Fontova, un creativo intenso y comprometido, falleció esta mañana a los 73 años tras “pelear durante años con una enfermedad”, según confirmó esta mañana la cuenta de Twitter del Instituto Nacional de la Música (INAMU).
Con su muerte se va un personaje emblemático de la cultura popular argentina a la que dotó de su impronta como músico, compositor, actor, dibujante y escritor.
El artista falleció en el Hospital Finochietto, donde estaba internado desde hacía tiempo como fruto de “pelear durante años con una enfermedad” que su entorno no quiso precisar.
La actividad de Fontova en los diversos territorios del arte por los que transitó tuvo como denominadores comunes la versatilidad, el humor y el compromiso.
Sobre esos pilares el creador construyó una obra variada y apreciada que –en sintonía con sus más profundas convicciones políticas e ideológicas- siempre lo ligó con lo popular.
El actor Osvaldo “Cacho” Santoro, amigo de Horacio, dijo a Télam que Fontova “era una persona de un humor imparable, un irónico permanente que volcaba esa faceta en crear todo el tiempo. Era un artista”.
El secretario general de la Sociedad Argentina de Gestión de Actores e Intérpretes recordó que se conocieron “al compartir elenco en la obra ‘Porteños’ donde también estaban Daniel Fanego, Gabriel Goity y Gastón Pauls y que fue un éxito tremendo en teatro”.
“Pero rápidamente nos hicimos muy amigos con coincidencias ideológicas concretas y un gusto común por el arte. Fue él quien de alguna manera me hizo conocer a Bill Evans”, contó.
“El Negro” nació el 30 de octubre de 1946, hijo de Horacio González Alisedo (cantante lírico y productor cinematográfico) y María Fontova (concertista de piano) y en el seno de una familia con antecedentes artísticos que se encargó de nutrir en la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano.
Fue director de arte, diseñador gráfico e ilustrador de la emblemática revista El Expreso Imaginario en 1976 y también armó portadas de álbumes de rock y afiches anunciando recitales y conciertos.
En la música se inició compartiendo un dúo folclórico con su prima Susana y formó parte de las bandas Patada de Mosca, el Dúo Nagual (junto a Alejandro de Raco en Venezuela) y el trío Expreso Zambomba.
En ese andar llegó a sumarse a un concierto de Los Redondos en 1979 en el teatro porteño Margarita Xirgu, una experiencia que recordó en el documental “El alucinante viaje de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota”, dirigido por Comando Luddista.
Pero las incursiones musicales más conocidas fueron las que llevaban su apellido: Fontova y la Foca, Fontova Trío, Fontova y sus Sobrinos, Fontova y los Tíos y Fontova Trío.
Con esas formaciones gestó canciones muy exitosas como “Me tenés podrido”, "Sacá la mano de la lata", “Quiero una novia pechugona”, “Los hermanos Pinzones”, “Qué viva la chacarera” y "Me siento bien".
También por entonces llegó dos veces a Obras: en 1985 con “Maslíah–Fontova: Bienvenidos a la Argentina”, junto al artista urguayo y en 1988 para lanzar su sexto disco “Fontova Presidente”.
Hacia 2002 armó el dúo Fontovarios con el bajista José Ríos (que lanzó junto a Liliana Herrero y Daniel Melingo), en 2005 ganó el Premio Gardel por “Fontova-2004-NEGRO” que presentó con invitados como Lito Vitale, León Gieco, Skay Beilinson, Peteco Carabajal y Daniel Maza, entre más, y a partir de 2010 volvió a un formato íntimo y solitario en el que se acompañaba de su guitarra Clarita.
Como actor tuvo un bautismo poderoso a inicios de los 70 como integrante del elenco de “Hair” en la versión argentina de la comedia musical y dos décadas después regresó con alto impacto como partenaire de Jorge Guinzburg en el ciclo televisivo humorístico “Peor es nada” donde se consagró componiendo a Sonia Braguetti.
En esa faceta, en 1995 fue elegido para reemplazar a Daniel Rabinovich en una gira por España del conjunto Les Luthiers haciendo “Grandes hitos” y hacia 1998 creó y protagonizó el programa de humor “Delicatessen” que en la pantalla de América lo reunió Diego Capusotto, Fabio Alberti y otros humoristas.
También actuó en las obras de teatro “Porteños”, “Orquesta de Señoritas”, “Malos hábitos” y como protagonista de la zarzuela “La corte de Faraón”, entre otros títulos.
En cine protagonizó “El regreso de Peter Cascada” (2005, de Néstor Montalbano) y formó parte de los elencos de “La Peste” (1991, Luis Puenzo), “¿De quién es el portaligas?” (2007. De Fito Páez) y en un par de Fernando Spiner: “Adiós querida luna” y “Aballay, el hombre sin miedo”, de 2003 y 2010, respectivamente.
Además, en 2013, dio su voz a Loco, uno de los muñecos de “Metegol”, primera película animada en 3D argentina, con dirección de Juan José Campanella.
En esa actividad tan intensa hizo radio junto a Pedro Saborido y Coco Sily en el programa “Código de Barras” (Radio La Red y sumó un tercer Martín Fierro al par obtenido por su tarea televisiva con Guinzbug) y publicó dos libros “Témpera Mental” y “Humano-Cero Humano”.