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"El gran error que hemos cometido", Soledad Pastorutti habló del "umbral del dolor"

La Sole pasó por Almorzando con Mirtha Legrand y confesó que ahora en esta época incentiva a sus hijas a jugar en el barro y tener más contacto con la naturaleza. Además señaló que una de sus pequeñas sigue sus pasos con la música.
lunes, 12 de octubre de 2020 00:22
lunes, 12 de octubre de 2020 00:22

Soledad Pastrorutti cumple 40 años este 12 de octubre y lo festejará con un show muy especial, presentando su nuevo disco, adaptado a la cuarentena. Será vía streaming y este fin de semana estuvo en Almorzando con Mirtha Legrand para promocionarlo. En la ocasión abrió su intimidad en la mesa y contó cómo vive estos días en Arequito y cómo lleva la crianza de sus hijas Antonia y Regina.

La Sole confesó que tuvo una infancia muy feliz con el apoyo de sus padres y en mucho contacto con la naturaleza, propio del pueblo en el que vivía. En ese escenario sus inicios no fueron fáciles porque tenía que conjugar los estudios escolares con los escenarios. Además su mamá tenía algunos miedos mientras que su papá la impulsaba a no quedarse junto con su hermana.

"Hacíamos el rex y mi papá nos esperaba con el auto afuera y te esperaba la horda afuera. Llegábamos a las 6 de la mañana y a las 7 ya teníamos que tener el guardapolvito blanco", comenzó expresando en la mesa que conduce Juana Viale los domingos por la pantalla de El Trece.

Luego confesó que su papá siempre fue quien la "influyó e impulsó" y su "mamá no estaba muy de acuerdo con esto" porque pensaba que eran "muy chicas y pensaba en la escuela". Frente a este escenario su abuela, a quien le dedicó el tema "A la abuela Emilia", siempre fue quien la "apañó" y le guiñaba el ojo a su papá para impulsarla en el canto. 

Soledad reconoció que el camino de la música la llevó a vivir cosas hermosas pero también muy agotadoras y arriesgadas porque son muchas horas en la ruta, de provincia a provincia. "Las locuras que hicimos, hoy no las repito", puntualizó y señaló que en ese camino también estuvo su familia 

"Con las giras son horas y horas en un micro y hay que inventar cosas" para que las niñas no se aburran. "Mi hija Antonia un día me dijo vamos a trepar un árbol y le dije vamos. Yo soy recompetitiva y me fui hasta allá arriba y me decían 'bajá'. Yo les digo vayan a fuera, ensucien, vuelvan mugrientas", confesó recordando que cuando era chica una de las actividades que más le gustaba hacer era trepar a los árboles.

Hoy con todo lo que generó la pandemia, comen "todos los mediodías juntos" y sacó algo positivo de todo este contexto que se vive con el distanciamiento social, que es volver al contacto con la naturaleza y más alejado de "los aparatos" y la tecnología que es lo que vivieron durante todo el tiempo con ella en las giras.

"El umbral de dolor que le estamos dejando a los chicos y de frustración es muy bajo. Ése es el gran error que hemos cometido, que le estamos dejando. La gran responsable soy yo. No puedo culparles de lo que ven e imitan", señaló subrayando también que "lo único malo es transitar mucho tiempo en la ruta. He tenido experiencias muy fuerte y es poner nuestra vida en riesgo todo el tiempo".

La Sole definió a sus hijas como "bastante inquietas" y siente que alguna de las 2 va a seguir su camino porque ya se van perfilando. "La de 7 años estudia canto y tango. Pero todavía no podemos sacarla de la cama. Nunca me amaron tanto como mis hijas. Con los hijos nacen los verdaderos miedos pero también una fortaleza", señaló.

El drama de salud

Soledad viene de atravesar en el 2019 un momento dificil en la salud que incluso la llevó a demorar la grabación de su nuevo disco y por ende el lanzamiento. Aquel año, no solo tuvo un problema en su pie sino que además se quedó sin voz.

"Me gusta correr, corría 4 veces por semana 8 km. Me encantaba por el campo y me quebré el pie pero no me había dado cuenta. Fue quebradura por estrés. Subía a tacos a cantar pero después no podía caminar. Era reposo y yo no lo estaba haciendo", señaló.

Luego que se recuperó de esto, empezó con problemas en la voz y para colmo era en la época de la grabación del disco. "No me podía expresar. Para una persona como yo que se la pasa hablando, era muy feo. Lo digo todo, no soy una persona que se lo guarda", detalló la Sole y agregó que además le descubrieron que era intolerante al gluten, tuvo que cambiar la alimentación "y bajar un poco el cambio".

"Siempre me sentí una gringa poderosa, tirando un carro donde subían más zapallos pero no me importaba. Hasta que un día el cuerpo me dijo que no. No podes hacer todo lo que te gusta hacer", detalló. 

"Fue en medio de la grabación de este disco. Me paraba frente al micrófono y no podía cantar. Me angustió un montón pero como soy terrible, me puedo acostar llorando y al otro día me levanto sonriendo", expresó trayendo a su boca una frase de Horacio Guaraní "decía es una obligación ser feliz y siempre hay que encontrar estos momentos".
 

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