Es sin dudas una de las mascotas de la televisión argentina más queridas. Hoy se la puede seguir viento en la pantalla chica de Telefe con las emisiones repetidas de "Casados con hijos". Fatiga, el perro de la serie de Guillermo Francella y Florencia Peña fue sin dudas uno de los animales que logró conquistar el corazón de muchos y grande fue la sorpresa cuando se conoció hace un tiempo que había muerto.
Fatiga en realidad no era macho como siempre se pensó sino que era hembra y se llamaba Violeta. La perra mestiza nació en a principios de la década pasada y tuvo un lugar muy importante en la tira de Telefe, donde siempre se la vio recostada en el sillón, frente al televisor. Esta semana, se conoció que su muerte fue absurda y evitable pero que el destino estuvo escrito y se dio así.
Su dueño, Jorge "Pampita" Montenegro contó que murió con nueve años de vida de una forma que aún él no entiende cómo se dio. Es que fue castrada y desde ese día se aferró mucho a los hijos de él, agudizó y trasladó su "instinto materno" a cuidar a los niños, lo que llevó a que un día se escapara para perseguirlos.
"Es el día de hoy que no entiendo qué pasó, qué se le metió dentro de la cabeza a esa perra para irse a la ruta donde la atropellaron. Fue un accidente pelotudo, sin sentido…", relató Jorge en Infobae.
Violeta tuvo un hermano que también fue famoso en la TV pero tal vez menos identificado en el imaginario popular. Se trata de Betún, quien alcanzó a participar no solo de una serie sino llegó a la pantalla gigante con varias películas. Estuvo en Bajo Bandera, de Juan José Jusid, La nube, de Pino Solanas, y El día que me amen, de Daniel Barone (algunos años más tarde llegarían No sos vos soy yo y Todos tenemos un plan). Además, y fue con lo que más se destacó, estuvo en Los Simuladores por Telefe y en ShowMatch de Marcelo Tinelli donde participó de divertidos sketchs.
Según Pampita, el papel de Betún se iba modificando capítulo a capítulo y se escribían los guiones "casi a medida" del perro. Para que el animal no perdiera la concentración, no trabajaba más de seis horas por día, con treinta minutos de descanso cada dos horas: "Nunca tuvimos ni un solo problema. Los perros aman hacer su trabajo, eso que se dice que 'lo hacen por obligación' es un mito. En realidad, para eso nació el perro: para estar al lado del hombre y ayudarlo".
Betún murió con once años de vida a causa de un tumor en el hígado.
“Tengo un agradecimiento eterno por estos perros. No me dieron tantos recursos, pero me dieron una vida y me ayudaron a construir una familia. Se criaron junto a mis hijos y me gané la vida trabajando con ellos. Cuando se empezaron a ir, si bien seguí trabajando de lo mismo, para mí no fue lo mismo. Comencé un duelo que todavía hoy sigo teniendo. Traigo una inercia de muchísimo conocimiento y amor por los perros pero lo que viví con ellos no creo que lo vaya a repetir nunca más”, finalizó muy emocionado.
