Espectáculos

Carla Peterson, embajadora enamorada: "Martín es un ganador, creo que podría ser presidente"

La actriz, casada con el economista Martín Losteau se mudará a Estados Unidos acompañando la labor del nuevo embajador.
domingo, 31 de enero de 2016 09:54
domingo, 31 de enero de 2016 09:54
Era una mañana calurosa y se había ido a correr por Palermo. En eso, su celular empezó a sonar. Los mensajes de WhatsApp caían cual gotero. Siguió entrenando y cuando llegó a su casa empezó a leerlos. Eran de distintos amigos: "No te vayas”, "¿Cuándo viajás?”, "Te vamos a extrañar”.

Carla Peterson se quedó helada en el living de su casa. No sabía si reír o llorar. Ni ella misma podía procesar aún semejante noticia: que su marido, el economista Martín Lousteau, había sido designado embajador en los Estados Unidos por Mauricio Macri.

 

Hoy, a diferencia de las primeras semanas del impacto, la actriz está contenta y entusiasmada con el desafío de mudarse a Washington y tiene varias certezas. "Vamos a vivir en la residencia de los dos embajadores anteriores. Me cuentan que es un lindo lugar, y los que estuvieron ahí la pasaron muy bien. Lo que sé que es queda a veinte minutos de la Embajada, que tiene un colegio cerca. Martín, que está viajando, traerá fotos y en principio vamos a estar a ahí. Si vemos que queda muy lejos, calculo que podremos buscar otra. Pero una vez que estemos allá, es más fácil ver qué nos conviene”, confía.

Su idea, en principio, es viajar a fines de febrero, después del estreno, el 25, de Una noche de amor, el filme de Hernán Guerschuny, que la tiene como protagonista. Una vez allá, lo primero que hará es buscar un "buen” jardín de infantes para su hijo Gaspar, de tres años recién cumplidos. Y está decidido: viajará con ellos Ricardo, el conejo que llegó a la familia hace unos meses. "Se lo compré a Gaspar cuando estaba filmando la película para que no estuviera tan solo. Parece un perro: lo llamás y viene. Ya se comió todas las plantas del jardín, pero resultó muy divertido. Así que Ricardo viene con nosotros a Washington. Ahora tengo que sacarle el pasaporte... ¡Es un chiste! Pero, en serio, tengo que averiguar cómo lo puedo llevar”, aclara con humor.

¿Cómo fue que Martín te contó del viaje?
Me dijo que había una opción de irnos a Estados Unidos. Le pregunté: "¿Vos estás seguro de que justo ahora nos vamos a ir a vivir a otro país?” Me parecía raro por todo lo que había trabajado él en la campaña y en su proyecto político. La noticia me sorprendió. Alguna vez habíamos hablado de irnos, pero recién cuando nuestro hijo estudiara en la Universidad, si es que decidía hacerlo en el exterior como Martín. Pero ahora apareció esto y nos vamos. Las cosas se fueron dando. Martín nunca piensa: "Voy a hacer esto para después poder hacer esto otro”. Tampoco pensó: "Quiero ser diputado o ministro de Economía”. Una cosa lo llevó a la otra.

¿Lo sorprendió el llamado de Macri?

Sí, no lo esperaba. El estaba viendo cómo seguir con su equipo este año.

¿Conocés Washington?
Sí, viví dos meses cuando tenía 22 años. Fui porque mi padre estaba viviendo allá. Por eso, cuando Martín me dijo de instalarnos en Washington, la decisión fue más fácil. Ahí firmé mi primer contrato como actriz de elenco para el programa Naranja y media. Me acuerdo que me llegó vía fax.Me anoté en el Washington Performing Art Center, donde había clases de teatro y obras clásicas para ver. También estudiaba inglés. Tengo lindos recuerdos. Washington es un lugar donde la gente está muy de paso y hay una comunidad hispana muy grande. Veremos, por ahora no conozco a nadie.

Para 2016, Carla tenía planeado salir de gira con la obra Venus en piel, que fue un éxito el año pasado. La suspendió, obviamente. Sin embargo, el cambio le vino bien: "Este año quería guardarme un poco para mi hijo. Por ejemplo, sabía que no iba a hacer tira diaria. Martín y yo queremos disfrutar del nene”, subraya.

¿Cómo es Gaspar?
Tranquilo, muy concreto con lo que quiere, nada caprichoso. Ahora, que ya está más grande y se expresa, lo estoy descubriendo y empiezo a darme cuenta de lo que le interesa.

¿Y cuáles son sus gustos?
Jugar al fútbol, cantar, bailar. Le encantan los chocolates, los chupetines con caritas y los Kinder. Un día le dijimos: "Te queremos hacer un regalo”, y fuimos a una juguetería. Daba vueltas y no encontraba lo que quería. Le di un juego de masa para modelar, pero no lo quiso. Al final, agarró el muñequito de Angry birds. Es como Martín en ese sentido: chequea, estudia. Yo soy mas impulsiva, agarro una cosa y después veo si me gusta.

¿Duerme bien Gaspar?
(Risas) En general, sí. Si se despierta lo pasamos a nuestra cama porque es más fácil, pero no duerme con nosotros. Igual, a él le gusta estar en su cuarto. No somos muy estrictos ni para un lado ni para el otro. El año pasado se acostaba tarde porque esperaba que yo llegara a la una de la mañana del teatro. Me daba un poco de pena.

¿Y te agarró la culpa también?
Sí, después, sobre todo los fines de semana, cuando a las cinco de la tarde ya tenía que salir para el teatro, y quizás Gaspar estaba jugando con amiguitos y me lo tenía que llevar. O no podía estar con él en los cumpleaños. Por suerte, estaba Martín, que desde mitad de año, una vez que terminó la campaña, las noches de los viernes, sábados y domingos, se quedaba con Gaspar.

Raro de un papá político que suele estar siempre ocupado...
Martín tiene algo distinto. Me ayuda un montón con el nene.Y no me gusta hablar de mi marido, "el político”. El tiene una oficina, trabaja, pero además puede escribir un libro, dar una charla. Se fue transformando. Y sé que le gusta mucho trabajar para la Ciudad y va a seguir en ese camino.

¿Qué le faltó para ganarle a Horacio Rodríguez Larreta?

Ni idea.

¿Pensabas que ganaba?
Yo siento que Martín es ganador. Hace las cosas para llegar adonde tiene que llegar. No le gusta perder el tiempo, es muy concreto y sabe qué quiere. Después, por qué no ganó tiene que ver con el país, con otro análisis.

El puede reintentar postularse como jefe de gobierno en 4 años.
Sí, claro, puede hacer todo lo que quiera.

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