TV

Fargo, el film de los hermanos Coen, llega para deslumbrar y cautivar a los espectadores

La historia comienza en 1979, en Dakota del Sur. Allí vive una importante familia mafiosa liderada por Otto Gerhardt (Michael Hogan), un hombre que con sus buenos años encima maneja todos los negocios sucios de la zona
lunes, 19 de octubre de 2015 09:55
lunes, 19 de octubre de 2015 09:55

La prestigiosa ficción inspirada en Fargo, el film de los hermanos Coen, que lleva su mismo nombre, estrena nuevos capítulos y por ese motivo repasamos algunos aspectos que podrían hacer de esta serie, una de las grandes apuestas televisivas de 2015.

La historia comienza en 1979, en Dakota del Sur. Allí vive una importante familia mafiosa liderada por Otto Gerhardt (Michael Hogan), un hombre que con sus buenos años encima maneja todos los negocios sucios de la zona. Casi a la manera de una tragedia shakesperiana, Otto sufre un ataque cardíaco y queda en manos de sus hijos ver quién continuará el imperio criminal.

El menor de ellos es Rye (Kieran Culkin), un delincuente de muy poca monta que claramente es el menos preparado para formar parte de ese mundo, pero decidido a hacerse un nombre, el joven decide ir a amedrentar a una jueza a un restaurante, con el objetivo de presionarla para conseguir un veredicto favorable en una causa que le interesa.

A partir de ese momento, y siguiendo a la letra el lema "todo lo que puede salir mal, saldrá mal", Rye comienza una escalada de violencia en ese restaurante, que tendrá gravísimos resultados. Y es en ese caso que se involucra el sheriff Lou Solverson (Patrick Wilson), quien intentará bucear hasta encontrar la respuesta sobre qué sucedió allí. La última pieza clave en este caos -y el que esté por desatarse- será Peggy Blomquist (Kirsten Dunst), un ama de casa común y corriente que sin querer prenderá la mecha del conflicto. De ese modo, se dispara una saga de violencia que involucrará a todo tipo de personajes, incluyendo al mismísimo Ronald Reagan.

El universo de Fargo es visualmente frío, desolado. Los kilómetros de nieve y nieve parecen el terreno ideal para ocultar asesinatos, accidentes, estafas y cadáveres. En la primera temporada, los asesinatos (voluntarios o accidentales) eran el motor de un relato que llevaba a un pobre diablo a convertirse en un verdadero déspota, a un asesino a sueldo en su inesperado socio y a una astuta mujer policía a comprender que hasta el más santo podría esconder algún pecado. En este segundo año de la serie, las cartas vuelven a darse de manera inteligente, sin repetir esquemas ni personajes, pero con total lealtad hacia el tono casi de comedia negra que tanto caracterizó a la primera temporada. Es evidente que el caso de True Detective(temporadas de sagas autoconclusivas, cada una de ellas protagonizadas por distintos héroes y villanos) sentó una máxima necesaria para la tele actual: se pueden contar grandes historias en pocos capítulos, sin necesidad de extenderlas innecesariamente.

Noah Hawley, el padre de Fargo versión televisiva, comprendió que la clave del éxito para trasladar el universo de los Coen a la pantalla chica no tenía que ver con clonar a los personajes sino con dar a luz criaturas similares, que expandieran ese mundo y llevaran adelante nuevos dramas. Probablemente por ese respeto hacia el espíritu de su obra, es que los Coen figuran como productores de la ficción televisiva, el "visto bueno" definitivo al que Hawley podía aspirar. Y gracias a estos condimentos es que esta nueva temporada se presenta tan fascinante como la primera, a la que incluso podría llegar a superar.

La primera temporada de Fargo fue una de las grandes ganadoras en la última edición de los Globos de Oro. Lejos de las expectativas de Game of Thrones o de la popularidad de The Walking Dead, esta serie juntó fans a fuerza del boca a boca, de la recomendación entusiasta de televidentes que habían encontrado una historia perfecta, que comenzaba y terminaba sin mayores aspiraciones que las de narrar un gran policial negro. Los diez episodios de la temporada pasada dejaron el listón muy alto y de manera casi inadvertida, Fargo se convirtió en una serie referente que, continuando la estela de otras grandes como The Wire, gozaba más de prestigio que de rating.

 Desde el primer momento, Hawley triunfó con su enfoque televisivo. Supo atrapar registros, personajes y guiños cinéfilos de los Coen. El primer episodio de esta segunda temporada, por ejemplo, termina con la canción Go To Sleep You Little Baby, una de los temas del film O Brother Where Art Thou, obra maestra de esos directores; pero lejos de usar las citas como herramienta canchera o cool, Hawley priorizó el mismo camino de los Coen: el de centrarse en contar una historia perfecta. Fargo arrancó su segundo año con fuerza, con unas excelentes críticas y un primer episodio redondo, razón por la cual ya es una de las ficciones obligadas para ver este 2015.

Fuente:http://www.lanacion.com.ar/1837280-fargo-una-serie-que-no-te-podes-perder

Comentarios