Inglaterra

Aparecieron fotos inéditas de la adolescencia de Amy Winehouse

El Museo Judío de Londres inauguró la exposición «Amy Winehouse: Un retrato de familia», en la que sale a la luz por primera vez el universo más íntimo de la malograda cantante.
jueves, 4 de julio de 2013 08:44
jueves, 4 de julio de 2013 08:44

El Museo Judío de Londres inauguró la exposición «Amy Winehouse: Un retrato de familia», en la que sale a la luz por primera vez el universo más íntimo de la malograda cantante. La artista cumpliría 30 años este septiembre. Y su recuerdo pervive entre sus familiares y en las calles del norte de Londres que le vieron triunfar, y también morir en su casa de Candem Town el 23 de julio de 2011. Por eso, su familia, con su hermano Alex y su cuñada Riva al frente, ha donado a la institución fotografías inéditas de su trayectoria vital y musical, y objetos personales tributo de la pasión de Winehouse por sus propias raíces, por las raíces del rock, la moda y la ciudad que le vio crecer.

 

«Es el retrato de una chica que era, en realidad, una pequeña niña judía del norte de Londres con mucho talento y fiel a sus orígenes», explica su hermano Alex, quien a principios de año se acercó al Museo Judío para proponerles la idea de realizar una exposición sobre su única hermana. Así, y hasta el 15 de septiembre, la pinacoteca, situada precisamente en el barrio de Candem al que siempre quiso mudarse la joven Amy, descubre un baúl de los recuerdos de una precoz estrella del soul.

La muestra incluye fotos de niña en la barmitzvah –la ceremonia equivalente a la Primera Comunión en el judaísmo- de su hermano o en las cenas familiares los viernes con sus padres, el vestido azul que llevó en el festival de Glastonbury en 2008, o una lista de canciones «para mi cinta chill out», escrita a mano con letra de adolescente, encabezada por Frank Sinatra y Ella Fitzgerald. La lista, que debió escribir con 14-15 años, según los organizadores, incluye a Ray Charles, Carole King, los Platters, Pearl Jam, Offspring o el trío «indie» de Carolina del Norte, Ben Holds Five.

El baúl (físico) de los recuerdos de Amy

El baúl se vuelve físico en el comienzo de la muestra en forma de maleta, la que albergó siempre muchas de las fotos expuestas ahora, la misma maleta que Amy quiso repasar, una vez más, en casa con su padre dos días antes de morir. Aquel fue el último encuentro con su hija de Mitch Winehouse, el taxista que meció la sensibilidad musical de la futura estrella cantándole canciones de Sinatra. «En la familia de mi padre son unos locos de cantar y de bailar, son muy extravagantes», se lee en uno de sus escritos de adolescencia. Sus padres se habían separado cuando tenía 9 años.

Con solo 14 años, dejó claras sus ambiciones, y su carácter, en la carta de solicitud a la Sylvia Young Theather School, una escuela de secundaria especializada en el bachillerato artístico. «Mi sueño es ser famosa sobre un escenario, es una ambición para toda la vida, quiero que la gente escuche mi voz y que olviden sus problemas por cinco minutos», explica. «Quiero ser recordada por ser una actriz, una cantante, por vender todas las entradas de mis conciertos y llenar los teatros del West End y de Broadway, quiero ser recordada por ser simplemente yo», decía su texto.

Además de su ambición, refleja su temperamento. «Y quiero cantar en clase sin que me digan que me calle», seguía la aspirante a alumna. En la carta manuscrita, la joven Winehouse reconoce que «toda la vida he gritado y hablado alto hasta el punto de que me tienen que mandar callar, pero es la única forma de hacerte oír en mi familia».

Entre los libros de juventud de su colección personal expuestos figuran obras de Charles Bukowski y de Dostoievsky, o el «Reino del Miedo» de Hunter S Thomson. Y entre sus vinilos reinan los artistas que le transmitieron su padre y su hermano, como Ray Charles, y sus propias intuiciones musicales, desde bandas femeninas de los 60 a la Velvet Underground. Todo ello sería destilado por una artista fallecida precozmente a los 27 años en esa inconfundible mezcla de jazz, soul y hip-hop, tan respetuosa con la música de raíces, que caracteriza el «Back to Black» de 2006, y que se atisba también en su primer disco, «Frank», de 2003.

 

Fuente: ABC

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