La tragedia se repite y, lamentablemente, las primeras semanas del 2025 comienzan con noticia desgarradora. Este viernes se conoció que un niño de 5 años perdió la vida tras ahogarse en la pileta de una casa en Córdoba. El trágico suceso ocurrió el pasado sábado en el barrio Spirandelli, en la localidad de Brinkmann, ubicada en el departamento de San Justo, al noreste de la provincia.
Según informaron fuentes policiales a medios locales, el niño había sido llevado por su tío a su vivienda, y en un instante de descuido, el pequeño logró escapar y caer al agua. Al percatarse de lo ocurrido, el tío se arrojó rápidamente al agua para rescatarlo, pero lamentablemente, el niño ya no presentaba signos vitales cuando fue trasladado al Hospital Municipal Dr. Saied Saleg, donde los médicos confirmaron su fallecimiento por ahogamiento.
Este trágico hecho se suma a una preocupante estadística: en lo que va de la temporada, ya son cinco las víctimas fatales por ahogamiento en Córdoba. Si bien los cuatro casos anteriores involucraron a personas adultas que fallecieron en ríos de las Sierras Chicas, Traslasierra, Calamuchita y Punilla, el caso del niño resalta por su carácter evitable y por el creciente número de tragedias relacionadas con el agua en la temporada de verano.
La preocupación por los ahogamientos infantiles ha cobrado especial relevancia en los últimos días, ya que las altas temperaturas y las vacaciones de verano incrementan el tiempo de exposición al agua, en piscinas y ríos, especialmente en el caso de los más pequeños. La muerte de este niño en Córdoba no es un hecho aislado, ya que en las últimas 48 horas se registraron otros dos casos de menores fallecidos en similares circunstancias. Un niño de 7 años murió ahogado en una pileta en Rosario, mientras que en Paraná, un menor de 10 años sufrió una tragedia similar.
Estos hechos vuelven a poner sobre la mesa la importancia de la vigilancia constante cuando los niños se encuentran cerca del agua. El ahogamiento infantil es una tragedia evitable, pero requiere de una atención rigurosa por parte de los adultos, ya que un solo minuto de descuido puede tener consecuencias fatales.
