Salud

Coronavirus: 8 de cada 10 argentinos fallecidos fueron adultos mayores

Los mayores de 80 años fueron los más atacados por el COVID-19 en la primera ola, en términos de mortalidad.
domingo, 18 de julio de 2021 07:54
domingo, 18 de julio de 2021 07:54

Varón, vecino del AMBA, mayor de 80 años, sin vacunar. Ese fue el perfil más común de las víctimas fatales del coronavirus durante la primera ola que golpeó a mediados de 2020. La segunda ola, ya con millones de vacunas aplicadas, cambió el perfil de los muertos por COVID-19. El virus atacó a los más jóvenes entre los adultos mayores: la franja de entre 60 y 69 años sin inocular acumuló la mayor cantidad de fallecidos, según el análisis por rangos etarios realizado por la Unidad de Datos de Infobae sobre información del Ministerio de Salud.

Los adultos mayores fueron las principales víctimas del coronavirus. Una de las primeras certezas que la comunidad científica recibió a medida que el COVID-19 se expandía por el mundo era: a mayor edad, más probabilidades de muerte. La tendencia se ratificó también en Argentina. Esa franja etaria, que se extiende desde los 60 hasta los pacientes más longevos de más de 100 años, representa casi el 80% de los muertos en el país en toda la pandemia.

Los más golpeados fueron los mayores de 80, que acumulan cerca del 30% entre los más de 100.000 muertos, según los datos del Ministerio de Salud. Las franjas etarias más afectadas que le siguen son 70-79 años con un 27% de las muertes y 60-69 años con un 22% del total. Y el riesgo de morir continúa en descenso a medida que baja la edad.

Los adultos mayores sufrieron especialmente durante la primera ola de COVID-19 en Argentina, que tuvo su pico entre septiembre y octubre de 2020. El 84% de los muertos de ese primer impacto del COVID eran mayores de 60 años en adelante, según se desprende del análisis de los datos oficiales. En particular, los mayores de 80, que representaron el 35% de los fallecidos en esa primera ola.

Pero esos números cambiaron en la segunda ola. Los descensos más notables se registraron entre los mayores de 80, cuyas muertes bajaron hasta convertirse en el 21%. También cayeron los muertos en la franja 70-79 años, la más beneficiada con la vacunación porque cuentan con más movilidad e independencia que los más longevos.

¿A qué se debe esta tendencia? A las vacunas. “La vacunación ha tenido un impacto importantísimo para prevenir la mortalidad, en especial, con un esquema de dos dosis. Esta es la clave del descenso de muertes entre los más mayores”, aseguró la infectóloga Angela Gentile. Efectivamente, el pico de la segunda ola tomó, en buena parte, a los mayores de 70 años en adelante con la pauta completa de vacunación.

“Hay otros factores. Por ejemplo, hemos aprendido a manejar mejor los protocolos para los adultos mayores. Ellos se cuidan más que en la primera ola y los geriátricos saben mejor cómo cuidarlos. Hubo que aprender que eran un grupo muy vulnerable antes de que llegara la vacuna”, explicó la infectóloga que forma parte del comité de expertos que asesora al gobierno.

Como la contracara de este descenso aparece la generación de 60 a 69 años, que acumuló el 25% de los muertos esta segunda ola. Algunos vacunados con una dosis y otros, directamente, no llegaron a inocularse ante la falta de vacunas en mayo y junio, los meses del pico. Los datos de la segunda ola indican que tanto ellos como la franja de 50-59 años (con una fuerte suba que se duplicó hasta el 18%) fueron los que más sufrieron el COVID-19 en este 2021.

Con pocas vacunas, los argentinos de entre los 50 y 69 años, laboralmente activos, ya no contaron con la protección que generó el aislamiento obligatorio del año pasado. Esa exposición, junto con la aparición de cepas más contagiosas y letales como la de Manaos, multiplicaron los casos y las víctimas, concluyeron otros expertos consultados por Infobae. “Es el grupo que recién ahora está completando su vacunación. Seguramente cuando impacte el efecto de las vacunas veremos una baja en esos números también”, agregó Gentile.

En esa misma línea, los muertos más jóvenes también aumentaron en la segunda ola. Se triplicaron los fallecimientos de personas entre 30 y 39 años, que representaron el 3% de las muertes. Lo mismo ocurrió con la franja de 40-49 años, que subió hasta el 9%.

Entre los más longevos, se registraron 314 mayores de 100 años que fallecieron por COVID-19. Más allá de algunos errores de tipo en la carga de los datos oficiales (figura una persona de 211 años y varias de 121 años), el Ministerio de Salud registró la muerte de contagiados de 105, 106 y hasta 107 años.

Fuente: Infobae

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