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"Ahora van a morir todos", la amenaza previa del hombre que incendió un conventillo y mató a cuatro personas

El hecho ocurrió en julio del 2017 y el hombre fue condenado a prisión perpetua por "homicidio agravado por medio idóneo para crear un peligro común".
sábado, 4 de diciembre de 2021 17:06
sábado, 4 de diciembre de 2021 17:06

"Ya van a ver, ya van a ver, ahora van a morir todos", fue la amenaza que hizo un joven antes de prender fuego un conventillo en el barrio porteño de La Boca y provocar la muerte de cuatro personas en julio de 2017, hecho por el que fue condenado a prisión perpetua en 2019 mediante un fallo que ahora dejó firme la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal.

Se trata de Miguel Ángel "Babe" Torres (29), quien purga la pena máxima como autor del delito de "homicidio agravado por medio idóneo para crear un peligro común" de Jesús Nahuel Mansilla (23); su hija Zoe (un año y medio); su pareja Jaqueline Daniela Vedia (20) y su suegra Beatriz Méndez (60).

La Sala I de la Cámara de Casación, integrada por los jueces Gustavo Bruzzone, Horacio Días y Jorge Luis Rimondi, confirmó la sentencia del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional (TOCC) 27 del 12 de abril de 2019.

En el fallo al que Télam tuvo acceso, los magistrados dieron por probado que el hecho ocurrió durante la madrugada del 20 de julio de 2017, cerca de las 6, cuando Torres provocó el fallecimiento de esa familia "por asfixia inhalatoria por monóxido de carbono en virtud del incendio que produjo".

El condenado prendió fuego a un colchón que se encontraba en su habitación en la planta alta contigua a donde habitaban los fallecidos y se propagó por todo el lugar hasta provocar su destrucción total.

Los jueces tuvieron en cuenta los testimonios de varios vecinos que consideraron al acusado como una "persona conflictiva, no solo por las continuas discusiones que tenía con su pareja sino por su modo de vida vinculado al consumo de drogas".

Esa situación motivó que un grupo de ocupantes concurriera a denunciarlo a la comisaría 24ta. y decidiera colocar una reja en la entrada para evitar que por la noche accediera gente problemática al conventillo, lo cual no fue bien recibido por el imputado.

Tras ello, en diversas oportunidades los vecinos lo escucharon decir en los pasillos del lugar "ya van a ver, ya van a ver" o "la van a pagar canallas".

"Con estos relatos queda debidamente probado que Torres con antelación a los hechos anticipó que algo iba a realizar producto del enojo que tenía con los vecinos de su vivienda", sostuvieron los magistrados.

Una mujer declaró que en la madrugada del hecho escuchó al joven y a su pareja discutir a tal punto que se levantó para recriminárselo, pero como los gritos siguieron le volvió a pedir que se calmara, tras lo cual escuchó que él subía por las escaleras al entrepiso gritando "ahora van a ver, van a morir todos" momentos antes de que comenzara a propagarse el fuego.

Otro vecino había visto pasar a Torres con una botella que contenía un líquido de color rosa, lo cual le llamó la atención porque éste tomaba siempre Fernet, y el imputado le refirió que se trataba de un "jugo".

"A la luz de los acontecimientos no puede descartarse que haya sido algún líquido inflamable, pues la pericia no descarta por completo su utilización, máxime que éste debió usarse sobre el colchón y el mismo resultó destruido", indicó el fallo.

Es que "la pericia confeccionada por el Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de Buenos Aires permitió conocer que el fuego se inició dentro del domicilio del imputado, exactamente en un colchón próximo al acceso y que fue intencional".

Además, los jueces descartaron la versión que Torres dio en su declaración indagatoria sobre que sufrió "mordeduras en sus brazos, una cortadura en la cabeza y golpes en la espalda" por haberse caído de la escalera al intentar apagar el incendio, el cual, según su versión, había sido provocado por su pareja.

Sin embargo, los informes médicos determinaron en relación a las lesiones en los brazos que fueron de 48 horas antes de producirse el incendio y no aparecen mencionadas lesiones en la cabeza ni en la espalda.

"Torres fue visto horas después del incendio con un vendaje en la cabeza pese a no tener lesión alguna en la misma. Hay que destacar que en su indagatoria refirió que se presentó en el Hospital Argerich y luego de esperar cerca de dos horas sin ser atendido se retiró del mismo. ¿En consecuencia, quien le realizó el vendaje? La respuesta es simple. El mismo se lo ha realizado a fin de hacer creer a sus vecinos que él también fue víctima del incendio que se generó. Ello a fin de tratar de ocultar su responsabilidad", determinaron.

Además, la versión que dio sobre que había sido su novia la autora del hecho quedó "totalmente descartada, no solo porque se han probado todas las falsedades en las que incurrió el imputado en sus declaraciones indagatorias", sino también por "la actitud" asumida por la mujer al comenzar el incendio, ya que "salió desesperada de su habitación e intentó alertar a sus vecinos lo que estaba ocurriendo", añadió el fallo condenatorio.

Las víctimas murieron abrazadas junto a una ventana con rejas hasta la que llegaron para escapar del humo y de las llamas, y el marido de Beatriz Méndez se salvó de milagro porque salió de la habitación una hora antes del comienzo del hecho para ir a trabajar.

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