Declaración

“Cuando me dijeron que había dado positivo de coronavirus se me vino el mundo abajo”

Evangelina Trípodi de 30 años de edad jamás pensó que el dolor de cuerpo que sentía junto con el dolor de garganta y muchos vómitos, era producto del COVID-19.
martes, 12 de mayo de 2020 10:12
martes, 12 de mayo de 2020 10:12

“Se me vino el mundo abajo por mi hija, por mi familia y por mis compañeras de trabajo”. Con esas palabras, una mujer contó el drama que vive tras enterarse que se contagió con coronavirus. Se trata de la mucama de piso de la Clínica del Niño y la Familia de Buenos Aires. 

La mujer recibió el resultado del test el viernes pasado y le dio positivo con COVID-19. Se trata de Evangelina Trípodi de 30 años de edad quien jamás pensó que el dolor de cuerpo que sentía junto con el dolor de garganta y muchos vómitos, era producto de esta enfermedad.

“Yo pensaba que era algo pasajero. Jamás pensé que me iba a dar positivo, para mí el resultado iba a ser negativo”, dijo Trípodi en diálogo con el programa radial “La Mañana de María Delia” que se emite por LU6. Y hasta dejó entrever que le parecía “innecesario” hacerse el testeo “porque en mi interior sabía que iba a dar negativo”.

“El domingo me levanté con un poco de tos, lo normal, y pensé que sólo era una simple gripe de invierno. Fui y volví a trabajar en colectivo como siempre y estuve con mis compañeras... El lunes amanecí con un poco más de tos, pero siempre tomándolo normal, y me dolía la garganta. Nunca tuve fiebre. Fui a trabajar y el martes lo mismo pero con una tos seca bastante molesta”, explicó, de acuerdo a lo que reprodujo diario La Capital. 

Fue ese día que su supervisora de trabajo la escuchó toser y le preguntó qué le sucedía. “Le dije que me molestaba la garganta, que estaba con tos”. Inmediatamente, avisó en el quirófano y se activó el protocolo correspondiente a estos casos en toda la Clínica del Niño y la Familia. Trípodi fue trasladada al consultorio 6 -donde atienden a los casos sospechosos de coronavirus- y un médico le diagnosticó faringitis. “Me dieron 72 horas de reposo y volví a mi casa, siempre teniendo los cuidados que hay que tener”, amplió la mujer.

Ya en su vivienda del barrio Jorge Newbery, donde vive con sus padres Pedro (65) y Olga (69) y su hija Juana de dos años, precisó que: “El miércoles me llamó el infectólogo de la clínica para preguntarme cómo estaba y le dije que me había levantado con mucho dolor de cuerpo. Me dijo que tomara un analgésico si sentía dolor, pero que trate de evitarlo por si tenía fiebre para no tapar el síntoma. Me la banqué y no tomé nada”.

El jueves, el infectólogo volvió a comunicarse con la joven para darle la noticia de que el directorio de la clínica había decidido hacerle el hisopado “para descartar” que sea Covid-19. “Yo me sentía bien y quería reincorporarme a trabajar porque estaba bien de ánimo. El reposo me lo dieron por prevención y para ver si llegaba a tener otros síntomas”, deslizó.

Ese mismo día a las dos de la tarde, la trabajadora de la salud se presentó en la Clínica del Niño para realizarse el hisopado. “Me lo hicieron y después me llamó el infectólogo para que me quede tranquila, que iba a ser la primera en enterarme de los resultados. Siempre con la mejor onda, siendo positiva que no iba a pasar nada”.

“Para mí el resultado iba a ser negativo. Me parecía innecesario el hisopado porque en mi interior sabía que iba a dar negativo”, dijo y luego brindó detalles sobre cómo se enteró que tenía coronavirus. “El viernes a las 7 de la tarde me llamaron de la clínica para darme el resultado. Cuando el infectólogo me dijo ‘Hola Evangelina’ yo pensé: ‘Acá hay malas noticias’. Y cuando me dijo que había dado positivo de Covid-19 se me vino el mundo abajo por mi hija, por mi familia y por mis compañeras de trabajo”.

El sábado, luego de ser trasladada de la clínica al Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias (CEMA) para un nuevo hisopado -que dio negativo- fue alojada en uno de los hoteles cedidos al municipio para pacientes con coronavirus, donde permanece en internación extrahospitalaria.

Fuente: La Capital

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