Una fiesta clandestina en Florencio Varela se convirtió en una verdadera batalla campal, en la que un joven terminó internado tras recibir una brutal golpiza, con botellazos y patadas en la cabeza, al tiempo que un efectivo de la Guardia Comunal del municipio también debió ser hospitalizado con una fuerte contusión en la cabeza, cuando el móvil en el que se trasladaba fue atacado con piedras y botellas.
La violencia extrema producto del consumo excesivo del alcohol otra vez vuelve a ser noticia. Tras el asesinato de Fernando Báez Sosa en manos de una patota de rugbiers en Villa Gesell puso en el ojo de la tormenta los peligros a los que se exponen los jóvenes en la noche.
En este caso, una fiesta privada -en una propiedad ubicada sobre las calles Avellaneda y Río Jáchal del barrio Pista de Trote- fue el escenario en el que decena de adolescentes dieron rienda suelta a una brutalidad inusitada que de milagro no se cobró la vida de un joven de 21 años, que fue agredido por un grupo de unas 30 personas quienes lo golpearon con botellas y patadas en la cabeza. Como consecuencia, debió ser trasladado al Hospital Mi Pueblo, donde quedó varias horas internado en observación.
La batalla campal, que fue registrada por uno de los presentes con su teléfono celular, continuó con la llegada de varios móviles de la Guardia Comunal de Florencio Varela.
