La habitación de Fernando Báez Sosa está intacta, tal cual la dejó el día que se fue de vacaciones a Villa Gesell. Graciela, su mamá, se animó a entrar una sola vez y encontró una lista escrita en puño y letra por su hijo: había detallado sus 13 objetivos de vida. Además encontró un diario íntimo donde él escribía todo lo que le pasaba: “Continuará”, dice en la última hoja.
En puño y letra, Fernando Báez Sosa escribió:
1) Participar del proyecto “Servir” (un plan solidario en el que se ayuda a refaccionar escuelas públicas de la provincia de Buenos Aires)
2) Afianzar mi grupo de amigos y mantenerlo
3) Siempre ser como soy con todos. Mostrarme como soy.
4) Madurar con mi decisión universitaria
5) Terminar el secundario como me hubiera gustado.
4) Mantener el grupo de amigos
5) Seguir trabajando
6) Seguir con la carrera y que me vaya bien
7) Viajar
8) Aprender a concentrarme más
9) Ahorrar
10) Dejar el celular
11) Apagar la computadora y la tele
12) Estudiar
13) Viernes de caridad
Fernando Báez Sosa estudiaba Derecho en la UBA y había aprobado todas las materias. Había empezado a trabajar desde su casa en un proyecto publicitario y, con la plata que ganó, decidió irse de vacaciones a Villa Gesell, donde lo asesinaron a patadas a la salida de un boliche.