Se llama Catriel Gómez, vive en La Falda, y el pasado jueves por la noche salió con amigos. Volvió en la madrugada y se quedó dormido con el celular en la mano mientras estaba cargándose.
Tuvo un abrupto despertar en la mañana del viernes. "Me desperté en llamas", aseguró. Es que su teléfono había explotado y todo el líquido de la batería se le adhirió al cuerpo.
El joven fue auxiliado por su hermana que se encontraba en la misma habitación. Corrieron hacia el baño y apagaron el fuego y luego lo llevaron al hospital para sacarle toda la sustancia del cuerpo.
"Era impresionante lo que me ardía. Me quedaron ampollas desde las piernas hasta las axilas", explicó a El Doce.
El equipo tenía pocos meses e inclusive todavía lo está pagando, se trata de un Motorola E5 Play.