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Así es la cárcel donde irán los rugbiers que mataron a Fernando Báez

La cárcel de Dolores es una penitenciaria que fue objeto de reiterados reclamos de organismos de Derechos Humanos por pésimas condiciones edilicias.
domingo, 26 de enero de 2020 12:58
domingo, 26 de enero de 2020 12:58

Este martes, los diez rugbiers que golpearon brutalmente a Fernando Báez Sosa hasta provocarle la muerte a la salida de un boliche en Villa Gesell serán trasladados a los calabozos de la cárcel de Dolores. Los jóvenes serán enviados a un sector "exclusivo" del penal después de que termine la rueda de reconocimientos. 

Según detalló TN, los rugbiers serán trasladados al Pabellón 10 BIS, un nuevo sistema de alcaldías que está alejado de la población carcelaria. Allí los pabellones no se encuentran en el deplorable estado que sí está el resto de los mismos de dicha cárcel. Allí permanecerán bajo permanente vigilancia después de que se viralizara un video de WhatsApp con amenazas de internos de la cárcel de Florencio Varela.

La cárcel de Dolores es una penitenciaria que fue objeto de reiterados reclamos de organismos de Derechos Humanos por pésimas condiciones edilicias, hacinamiento extremo y falta de higiene, entre otros males. Fue inaugurada en 1877 y es una de las más viejas de Buenos Aires. Cuenta con casi tres veces más de internos alojados de lo que se concibió por aquel entonces. A la fecha hay alrededor de 937 presos pero el cupo fijado por la Justicia es de 370 personas.

"El hacinamiento constatado, genera un régimen de vida sustentado en el aislamiento extremo, la escasa circulación y realización de actividades, lo que provoca gran cantidad de horas de encierro", denuncia un habeas corpus colectivo presentado en la Justicia por la Comisión Provincial de la Memoria.

En este contexto, la intimidad no existe: en el Sector de Aislamiento de Convivencia (SAC), más conocidos como "buzones", los presos usan frente a sus compañeros las letrinas que se encuentran a centímetros de las cuchetas. Muchas están deterioradas, rotas y tapadas.

El olor, dicen, es nauseabundo. La higiene, relatan los presos, "es imposible".

En el pabellón de Admisión -en el que también se alojan trans y aquellos que registran una adaptación difícil-, las duchas no tienen puertas. Es un espacio sin vidrios en las ventanas ni calefacción: es frío y húmedo. Para evitar que sean aún más frías, los internos usan mantas para tapar las aberturas.

Faltan colchones y camas.

La luz natural es escasa en todo el establecimiento que esta tomado por la humedad en los cimientos. Se ven cables pelados en varios sectores y conexiones elétricas deficientes e improvisadas por los detenidos.

¿La comida? "Incomible", se quejan los presos. Aseguran que solo les entregan "huesos con un poco de grasa y fideos pegados".

En el pabellón de población común, los detenidos permanecen en la celda de las 18 hasta las 8 de la mañana. El resto el tiempo tienen la celda abierta, pero solo pueden salir al patio los miércoles, de 15 a 17 y de 9 a 12.

Fuente y fotos: TN

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