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El drama del hombre al que le mutilaron el pene: "Me cambiaron las ganas de orinar"

Su amante, Brenda Barattini utilizó una tijera de podar para vengarse por un video de whatsapp.
martes, 27 de agosto de 2019 21:15
martes, 27 de agosto de 2019 21:15

Cuando la fiscal Laura Battistelli le preguntó a S.A.F. cómo se sentía frente al espejo, él respondió lacónico: “Cambié”. Luego dijo que no se reconocía. “Mi pito quedó distinto y mi mente ya no es la misma, cambiaron las ganas y la frecuencia de orinar. Cambié porque alguien me mutiló, alguien me destrozó”.

La víctima de la mutilación en el departamento de Brenda Barattini (28), el 25 de noviembre de 2017, en el barrio Nueva Córdoba, de la Capital, estaba en la mitad de la declaración. Ya había superado los nervios y la fiscal se atrevió a preguntar lo que, según el propio damnificado, todos quieren saber: “¿Tiene relaciones?”.

–No puedo. No puedo porque la cabeza no me deja. Siento que me quieren matar si tengo relaciones y el combo está ahí– dijo, en referencia a su miembro viril.

La fiscal fue más específica: “¿Puede tener una erección normal, y su pene puede tener el volumen y la tonicidad de antes?”. S.A.F. respondió: “Y... no, no es el mismo. Cambió el tamaño, todo, la forma de hacer pis, está cortado”.

Luego aclaró que no podía tener relaciones espontáneas, que debía tomar Taladafilo, una droga usada para la disfunción eréctil con efecto prolongado. “A veces sí, por lo general no”, completó.

Pero, según S.A.F., no sólo ha quedado afectada su parte física. El hombre dijo que también sufre una serie de secuelas psíquicas: estrés postraumático, ataques de pánico diarios, tristeza, evitación de actividades, estado de hiperactividad, incremento de los niveles de sobresalto, crisis de ansiedad, insomnio, dificultades de reconocimiento.

Brenda Barattini comenzó a ser juzgada ayer en la Cámara 2ª del Crimen de Córdoba. Está acusada por lesiones gravísimas por el vínculo y la alevosía.

El hombre que ayer prestó declaración sostuvo en varias oportunidades que Brenda quiso matarlo, que lo indujo a un “jueguito”, que quería “darle una sorpresita” y que hizo esto después de preguntarle cómo borrar archivos de su teléfono.

Según su relato, el ataque se produjo luego de que ella le pidió mantener un vínculo con mayor compromiso porque “a ella le pasaban cosas”, según declaró él ante el estrado.

El hombre de 42 años, trabajador de la industria textil, comerciante y miembro de una banda de música, enumeró a pedido del tribunal las pérdidas económicas que sufrió por su cambio de vida.

Según relató, estuvo ocho días en coma inducido (agradeció a médicos y a enfermeras del Hospital de Urgencias) y luego permaneció semanas en su casa con curaciones a cargo de su pareja. Hoy, atraviesa una serie de miedos que le impiden, entre otras cosas, manejar un auto.

Esto –dijo– tuvo un impacto muy grande en su tarea de viajante, además de otros problemas laborales. Como no tenía ingresos, vendió un negocio y una camioneta Dodge Journey. Ahora comparte gastos con un chofer para salir a vender por el norte del país.

Según relató, en el plano social también tiene problemas. Comentó que al comienzo le costaba explicarle a la gente cómo estaba, así como aquello que todos preguntaban o querían saber.

Superada la vergüenza inicial, comenzó a salir adelante, pero ayer afirmó que no puede conducir, por lo que debe depender de alguien más. “Tengo secuelas por todos lados, pero tengo por delante un montón de cosas, por eso estoy acá”, señaló. Pero luego mostró un signo de resiliencia: “Lo compenso con estar vivo, sentí que volví a nacer. Se compensa con la vida. No odio a nadie, quiero que la otra parte (Brenda) se cure”.

No obstante, varias veces dijo que él estaba allí porque quisieron matarlo y agradeció el trato que le dieron en la Justicia. “Puedo sentir que me sentí cuidado en este lugar, desde el primer día”.

“Un ruido”

Respecto al momento de la mutilación, contó que Brenda insistió en verlo para devolverle una batería electrónica. También aseguró que comenzaron a tener relaciones sexuales y ella le pidió taparle los ojos, que quiso atarlo, pero él no se dejó, y que en un momento sintió un segundo de dolor y un ruido que no se atrevió a describir.

S.A.F. relató que quiso escapar, pero ella lo tomaba de la remera y del cabello y no lo dejaba huir. Presionando sobre la herida, encontró una llave y logró abrir la puerta para salir al palier y pedir auxilio. Una vecina, recordó, fue “el primer ser humano” que le dio ayuda. Estaba sobre un charco de sangre, a punto de desmayarse.

Indicó que la mujer y su esposo evitaron que Brenda le arrebatara el celular y así pudo pedir una ambulancia. Le habló a su mejor amigo y también a su pareja, para despedirse y pedirle disculpas porque le había sido infiel.

Varias veces repitió que todo el tiempo sintió que se iba a morir.

Algo que también reiteró ayer fue que no entendía nada sobre el porqué de semejante agresión, sin ningún antecedente y sin ningún reclamo previo. “Todos los días me pregunto por qué pasó eso”, dijo.

Brenda, en silencio

Brenda se abstuvo de declarar y dijo: “Por consejo de mis abogados, voy a declarar en la próxima audiencia”.

Luego, sus defensores, Lucas de Olmos y Iván Sironi, pidieron que se retirara mientras declaraba S.A.F. Lo más probable es que quieran que declare una vez que ya estén al tanto de lo que refirió la víctima.

Sobre el final, De Olmos interrogó al damnificado, que a esa altura ya no tenía problemas de responder lo que fuera. “Usted dijo que lo quisieron matar. ¿(Ella) le dijo algún término sobre eso?”.

La respuesta no se hizo esperar: “Me gritó varias veces: ‘Morite, hijo de puta’. Me estaba desangrando, quería huir y no me dejaba salir”. El defensor le preguntó si estaba seguro, a lo que respondió afirmativamente.

“Quiero que quede constancia de la respuesta”, dijo la fiscal. El juez Ítalo Vitozzi avaló el pedido.

Brutal ataque durante una relación sexual

Acusación. La noche del sábado 25 de noviembre de 2017, en su departamento de Nueva Córdoba, Brenda Barattini seccionó casi en su totalidad el pene de S.A.F. La fiscal Bettina Croppi envió a juicio a la joven por lesiones gravísimas por el vínculo y por alevosía.

Debate. Ayer comenzó el juicio en la Cámara 2ª, cuyo tribunal está integrado por Mónica Traballini, Ítalo Vitozzi (presidente) y Mario Centeno. La acusación está a cargo de la fiscal Laura Battistelli.

Jueces. La fiscal pidió un jurado popular ante la eventualidad de que la figura penal variara a tentativa de homicidio calificado. Ante planteos de la defensa y por economía procesal, la Cámara decidió iniciar con tribunal colegiado.

Fuente: LaVoz.

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