El crimen de Benjamín Araya, el pequeño de 4 años que fue hallado ahorcado muy cerca de su casa en la localidad tucumana de Las Talitas sigue en plena investigación y hasta el momento, sin sospechosos ni detenidos. Sin embargo, hay una hipótesis que cobra fuerza..
Al parecer, y de acuerdo a lo que señala La Gaceta, ese día Benjamín iba al merendero donde casi todos los días se alimentaba y que está en la misma cuadra de su casa, entre las 15.30 y las 16 hs. Sin embargo, el lugar estaba cerrado ese día. Por eso, no se descarta que haya sido llevado mediante engaños para luego ser asesinado.
El cuerpo del pequeño fue encontrado a unos 400 metros de su hogar por unos niños, cerca de las 17, una hora después de que habría sido asesinado. Para llegar al lugar donde lo hallaron debió atravesar por los caminos de un descampado que está cubierto de matorrales que superan el metro de altura. Pese a que se trata de propiedad privada, los habitantes de ese y otros barrios de la zona lo usan permanentemente para cortar camino.
En cuanto a si alguien pudo ver a Benjamín con su homicida, los investigadores dieron con el testimonio de una mujer que dijo haber visto a un hombre llevando alzado al niño que lloraba para tratar de escaparse. Pero al describirlo, mencionó una ropa diferente a la que tenía puesta Benjamín. Sin embargo, los pesquisas creen que se trató de alguien que era conocido por la víctima y ese es el motivo por el cual su recorrido pasó inadvertido.
Crímen con antecedentes
Los vecinos de la víctima y los que manifestaron el viernes en la zona de El Colmenar dijeron que en la zona hubo varios homicidios de ese tipo. Sin embargo, los pesquisas señalaron que no recibieron informes ni investigaron casos similares en los últimos cinco años.
El crimen de Rita Juárez, ocurrido en 1997, fue similar: su madre la había enviado a comprar un yogur y, en el trayecto, fue abordada por un hombre que abusó de ella y luego la mató. Casi 20 años después, la Corte Suprema de Justicia dejó firme la condena 20 años de prisión que le dictó un tribunal a Miguel Rubén Cata en 2011.