En el marco del inicio de una nueva campaña de vacunación antigripal, el Gobierno de Mendoza intimó a aquellos padres que no vacunan a sus niños a que lo hagan.
Desde el año pasado Mendoza incorporó las consecuencias judiciales para aquellos padres que incumplan e incorporó sanciones en el Código de Faltas. Cuando un padre no quiere vacunar a su hijo, el protocolo es dar aviso al Juzgado de Familia: desde la Justicia se notifica al padre de que está incumpliendo la ley y si este no cesa en su negativa, el niño es vacunado compulsivamente.
"Las notificaciones son enviadas a los vacunadores y se inicia un proceso de judicialización del caso. Nos reunimos con los padres, les hablamos desde la evidencia científica y, hasta el momento, todos entienden que con este accionar están poniendo en riesgo a sus hijos y al resto de la sociedad", dijo a radio Cadena 3 la directora de Inmunizaciones de la provincia, Iris Aguilar.
Según la propia directora, si bien se han registrado padres que se han rehusado a vacunar a sus hijos, el personal sanitario no se ha visto obligado hasta ahora vacunar de manera compulsiva.
Más allá de esto, Aguilar explicó que la tendencia de los padres antivacunas es "incipiente" y que "hay que trabajar para que no aumenten".
Aquellos padres que igualmente se rehúsen a no aplicar las vacunas a sus hijos, pueden ser multados desde $2.000 a $7.000, a realizar trabajos comunitarios y hasta cumplir con días de arresto.
