Carta

"No me juzguen porque el miedo me paralizó", confesó la joven que fue condenada por parricidio

Karen Klein, la joven que hace dos semanas fue condenada por el doble parricidio de su padre y su madrastra, escribió una carta.
domingo, 27 de octubre de 2019 19:17
domingo, 27 de octubre de 2019 19:17

Karen Klein, la joven que hace dos semanas fue condenada por el doble parricidio de su padre y su madrastra cometido en 2015 en el partido bonaerense de Pilar, escribió una carta donde afirmó que el otro condenado, su hermanastro y ex pareja Leandro Acosta, es un "monstruo" y pidió a la sociedad que no la juzguen por haber quedado "paralizada por el miedo".

"Hola mundo, soy Karen Klein y siento una profunda necesidad de contarles mi historia. Tengo 26 años de edad, nací el fruto de una gran historia de amor", indicó la carta que Klein hizo llegar a Télam y escribió en el calabozo de la Comisaría de la Mujer de Martínez, donde actualmente está alojada.

"Lamentablemente perdí a mi madre a los 14 años a raíz de una formalidad crónica. (…) Quedé a cargo de mi abuela y luego mi padre me llevó, insertándome en su nueva familia", explicó la joven.

"Todo parecía perfecto, la relación con mi padre, su mujer, mis hermanitos y el hijo mayor de mi madrastra, una persona que se ganó un lugar importante en mi corazón, mi amigo al principio y más tarde mi pareja", dijo la condenada, quien luego afirmó: "Ese sería el comienzo de la tragedia que al día de la fecha me priva de mi libertad".

Klein afirmó que Acosta fue su "primer noviazgo" y agregó: "Jamás imaginé que estaba incorporando un monstruo a mi vida. Un ser violento que día a día apagaba mi felicidad."

"Me arrebató absolutamente todo, la vida de mi padre, la de su propia madre, mi libertad y a mis hermanos", escribió la imputada y luego pidió: "Sociedad, ruego a ustedes no me condenen (sic), porque yo ya me condené por haber gritado en silencio. No me juzguen porque el miedo me paralizó."

En el último párrafo del texto Karen sostuvo que ama "la vida", a sus "padres" y a su "familia" y ruega "justicia" para su padre, Ricardo Ignacio Klein (54), y su madrastra, Miryam Esther Kowalczuk (52), y pide que "descansen en paz".

El 11 de este mes, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7 de San Isidro anunció un adelanto de veredicto condenatorio para los hermanastros Klein y Acosta por el crimen de sus padres.

Los jueces María Coelho, Alberto Gaig y Federico Ecke fijaron para el próximo 21 de noviembre, a las 13, la audiencia en la que se leerán los fundamentos y se impondrá el delito y la pena a los imputados.

En su alegato, la fiscal Laura Zyseskind solicitó que se condene a los jóvenes a prisión perpetua por "homicidio agravado por el vínculo y alevosía".

La fiscal dio por probado que, cumpliendo distintos roles y con una planificación previa, ambos cometieron el doble parricidio el 2 de septiembre de 2015 cuando sus hermanos mellizos, por entonces de 11 años, no estaban en la casa porque Kowalczuk los había llevado al colegio.

Según se dio por acreditado, Acosta y Klein mataron a tiros a sus padres, al hombre cuando estaba en su cama y a la mujer cuando llegó de la escuela, y después incineraron los cuerpos haciendo varias fogatas.

En el juicio, Acosta declaró por primera vez y confesó que había asesinado a su padrastro de un disparo, pero dijo que su hermanastra y entonces pareja mató a su madre luego de que él dejara el arma sobre una mesa.

En tanto, si bien no declaró en el debate, Karen siempre sostuvo que ella sólo fue testigo de los crímenes de sus padres y que si no había denunciado nada era porque estaba amenazada por Acosta.

Karen había llegado libre al debate con una falta de mérito, pero fue detenida por pedido de la fiscalía luego de los alegatos, mientras que respecto a Acosta, se discutió sobre su inimputabilidad, ya que algunas pericias psicológicas y psiquiátricas decían que no comprendía la criminalidad de sus actos.

El hecho que se juzgó fue descubierto el 13 de septiembre de 2015, cuando a raíz de una denuncia por paradero, la Policía allanó la casa familiar situada en Sarratea 2726 de la localidad de Manuel Alberti, en Pilar, y allí encontró restos humanos quemados de Klein y Kowalczuk.

Luego, en un baldío situado a ocho cuadras de la casa, se hallaron 16 bolsas con cenizas, huesos y más restos calcinados.

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