Nahir Galarza, la mujer más joven en recibir prisión perpetua en la historia argentina, volvió nuevamente al centro de la escena mediática al revelar el pasado viernes a Ahora, un medio de Paraná, que estaba embarazada de cinco meses aproximadamente y que no sabía quién era el padre.
Sin embargo, luego desde el Servicio Penitenciario desmintieron los dichos tras realizarle una ecografía.La joven interna, que asesinó en 2017 a su novio Fernando Pastorizzo, expresó que ocultó su embarazo “por miedo” porque quería “cuidar al bebé” pero que lo revelaba ahora ya que había tenido una pérdida. Y agregó: “Me di cuenta a los dos meses”.
Al confirmar el supuesto embarazo, su abogado defensor José Ostolaza pidió al Superior Tribunal de Justicia “atención médica urgente” para su clienta debido a que se encontraba “descompuesto”, según contó a Crónica.
Horas más tarde, la reclusa “fue revisada por una ginecóloga de la Unidad Penal 6 de Concepción Arenal, de Paraná, y también en el Hospital San Roque de esa misma ciudad, donde se le practicó una ecografía. No está embarazada”, aseguró el director de la Penitenciaría entrerriana, Marcelo Sánchez.
Ante la desmentida categórica, Nahir Galarza quedó en el ojo de la tormenta por su mentira. Sin embargo, desde el entorno de la presa advirtieron que ella “no inventó nada”.
Además, señalaron: “¿Qué sentido tendría simular algo así? Aparentemente tuvo un atraso de dos meses por un desequilibrio hormonal porque había dejado de tomar las pastillas. Ella estaba convencida de que estaba embarazada. Hasta se descompuso y en realidad no fue una pérdida, sino que volvió a tener una menstruación”, en diálogo con Infobae.
Por su parte, el abogado defensor argumentó: “Acá no hubo mentira ni patología psicológica. Nahir se descompuso y pedí que sea trasladada a un centro médico a través de una nota enviada al Supremo Tribunal de Justicia de Entre Ríos. Estuvo acompañada por su madre”. Por el momento, Nahir Galarza se encuentra a la espera de saber si nuevamente será sancionada por las autoridades.
