Ajena a todo, con la mirada distante y como si estuviera abstraída del lugar. Así registraron las cámaras del Congreso a la senadora Cristina Fernández de Kirchner mientras se leía el pedido de allanamiento que elevó el juez Bonadío al Senado.
La legisladora se mantuvo en el recinto desde el principio de la sesión y mientras escuchaba la lectura de la resolución en voz del presidente Provisional de Senado, Federico Pinedo, ella se amacó en todo momento en la silla que ocupó en su banca. No se quedó quieta pero su mirada si estaba fija, concentrada.
En el escrito, la Comisión de Asuntos Constitucionales remarcó que el juez Claudio Bonadio deberá llevar adelante los operativos “con la debida prudencia y decoro tutelando los derechos y garantías constitucionales involucradas, en especial el derecho a la intimidad”. En este punto la expresidenta, que había exigido que no haya cámaras ni se rompan paredes durante los allanamiento, tomó un sorbo de agua.
En algunos tramos de la lectura de la resolución, la senadora hizo anotaciones y habló con su compañero de bloque Juan Mario Pais.