Era el 2014 cuando Maxi, de 7 años, oriundo de Resistencia, Chaco, fue hasta la casa de un amigo y vivió un verdadero calvario tras ser violado por el padre de su amigo, Omar Alberto Verón.
Ahora, cuatro años más tarde y a pocas semanas de que el agresor se entregue a la policía, el nene de 11 años fue sometido a una última operación en el Hospital Garrahan, para pasar a integrar la lista de espera de un donante de intestinos, tras sufrir la perforación de su aparato digestivo, producto del abuso que sufrió.
Verón abusó del pequeño aprovechando la ausencia de su hijo. Según contó Miguel Angel Orué, el papá de la víctima al sitio Crónica, el agresor encendió la máquina de cortar pasto y mientras el nene pedía auxilio, lo violó brutalmente. Después llegaron las amenazas para que guardara silencio.
Pero un día, ante el malestar de su hijo, el padre lo llevó a un doctor que descubrió el abuso. Maxi tenía un desgarro anal y perforaciones intestinales propias de un ataque sexual. Así empezaron tratamientos -mientras el agresor gozaba de libertad- y las operaciones, seis en total. “Hace cuatro años que estamos sufriendo”, contó Miguel a telefenoticias.com.ar sobre el difícil momento que vive la familia. “Maxi no nos contó nada a nosotros porque el tipo (Verón) lo amenazaba y le decía que lo iba a matar”.
Fuente: Telefé Noticias