Solidaridad

La Heladera Social en Mendoza alimenta a 20 personas por día

Está ubicada en un instituto gastronómico y día a día, las comidas llegan a personas necesitadas, entre niños y adultos.
domingo, 3 de abril de 2016 10:20
domingo, 3 de abril de 2016 10:20
Desde hace unos días ya está en marcha la primera "heladera social” de Mendoza, una iniciativa que busca recuperar los alimentos que muchas veces terminan en la basura y ofrecerlos en condiciones adecuadas a las personas que los necesitan. La idea surgió en Tucumán y fue imitada por el Instituto de Alta Gastronomía Arrayanes. 

La heladera "sale a la calle” de 8 a 20 desde el lunes pasado rellena con fideos con boloñesa, empanadas, carne a la masa, fruta, bandejas con ensalada y jamón crudo, entre otros platos. Se estima que son unas 20 personas las que de allí se proveen. Para los organizadores se trata de un éxito total, pero piden colaboración tanto de particulares como de organizaciones para poder satisfacer a todos. Además, quieren que se multipliquen las heladeras para poder lograr un verdadero cambio en la provincia.

Aldo Ansaldi, director de Arrayanes, relató a Diario Los Andes que se enteró del proyecto tucumano en la televisión y no dudó en replicarlo en la escuela de cocina que dirige. "Me pareció muy interesante porque me encanta ayudar a la gente. Tuve una infancia bastante complicada y sé lo que es pasar hambre”, recordó el cocinero, quien ha visto en reiteradas oportunidades personas buscando comida entre la basura.

"Me parece que le tenemos que dar la vuelta a esta situación, porque hay mucha comida que se tira cuando está perfectamente en condiciones y puede ser aprovechada por alguien que lo necesita”, expuso. 

Los primeros días del proyecto se acercaron tímidamente unas 5 personas, pero con el pasar del tiempo se fue corriendo la voz y esa cantidad fue creciendo. "Hoy son unas 20 personas las que vienen: a veces son chicos, otras adultos y también familias enteras”, relató el director de Arrayanes. 

Si bien tratan de tener la heladera llena durante todo el día, a veces se les hace complicado. "La vamos llenando con lo que van cocinando los alumnos, pero hay días en los que se dictan otras clases en las que no se cocina”, declaró. Por esta razón, Ansaldi recorrió varios restaurantes de la calle Arístides Villanueva, a una cuadra de la escuela, para que colaboren con la comida que les sobra. Además, solicita la participación de todo aquél que lo desee. "Todos tenemos en la casa algo que no se utiliza”, remarcó.

Para que les sirva, ellos piden que les lleven comida que no haya estado en los platos, sino en fuentes u ollas. Una vez allí ellos revisan su estado con una bromatóloga del instituto, la colocan en una bandeja plástica y la rotulan con la fecha de elaboración. "La comida tiene que ser del día y, de hecho, la heladera tiene menos temperatura de lo normal para que se conserve mejor”, deslizó.

Juan Pablo Cantó es recepcionista de Arrayanes y quien recibe a la mayoría de las personas que se acercan hasta la heladera. "Viene mucha gente y preguntan si se puede sacar algo. Nosotros les decimos que no se lleven más de una o dos viandas para que alcance para todos y ellos lo respetan”, narró el joven desde el mostrador. 

En este corto tiempo, él ha podido conocer las historias de algunas personas que se acercan hasta allí. "Vino una señora caminando desde El Challao a buscarle comida a su hija para que pudiera comer antes de irse a la escuela”, narró conmovido. 

Un aspecto negativo que ha notado son los "avivados de siempre” que sacan comida y realmente no la necesitan. "No podemos decirles que no, por eso es necesario que se tome conciencia de que se trata de una idea solidaria”, remarcó Cantó.

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