Cuando el reloj marcó la 1.10 de la noche, Barack Obama arribó al aeropuerto de Ezeiza y en lo que es la primera visita de un presidente norteamericano en más de 20 años. El primer mandatario de Estados Unidos arribó enmarcado en un impresionante operativo de seguridad que implicó desde francotiradores ubicados en lugares estratégicos hasta el corte de líneas telefónicas para evitar cualquier atentado.
Del avión bajó junto a su mujer Michelle, sus dos hijas y su suegra. Además llegaron con ellos una importante comitiva de funcionarios y personal de seguridad. Al pie de la escalera los esperaba la canciller Susana Malcorra junto a una traductora con quien mantuvo un diálogo de alrededor de diez minutos y luego subió a "la Bestia", la limusina cadillacs blindada.