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El intendente de Pinamar redujo su sueldo por considerarlo "inmoral"

Se trata de Martín Yeza, quien con solo 29 años fue electo para dirigir la comuna. Aseguró que el intendente anterior llegó a cobrar $260 mil por mes.
domingo, 3 de enero de 2016 14:41
domingo, 3 de enero de 2016 14:41
En 8 años, Pinamar vivió un intenso período de inestabilidad y crisis política, en el que pasaron 5 intendentes, varios de ellos destituidos por corrupción. Este año el balneario puso fin a la larga secuencia. Y sorprendió. En una provincia gobernada por caudillos territoriales, eligió como jefe comunal a Martín Yeza (PRO), un periodista y político de 29 años (hoy domingo cumple los 30). Así, los pinamarenses designaron al dirigente y funcionario electo más joven de la historia bonaerense.

Tras la victoria electoral, el intendente acaparó la atención al contar numerosas anécdotas tragicómicas que observó durante el traspaso de gestión. Ya con varias semanas de ejercicio en el cargo, el intendente habló con Infobae sobre la temporada de verano, "la corrupción endémica" del balneario y de los empresarios locales, y el estilo de gobierno que busca imprimir.

—María Eugenia Vidal dijo al asumir que se encontró con una provincia "quebrada". Haciendo un paralelismo, ¿con qué situación se encontró en Pinamar?
—Con un café con leche y dos medialunas (risas). El principal dato es que tenemos un déficit operativo de 6 millones de pesos mensuales. En la gestión saliente, durante el mes de noviembre, el 91% de la recaudación se fue en sueldos. Es una cifra bastante alta, cuando Pinamar siempre fue autónoma. Chocaron la calesita.

—Pasaron varias semanas desde que asumió, ¿qué es lo que más le sorprendió?
—Lo que más me sorprendió para mal fue el estado de desidia. Teníamos internet y las líneas de larga distancia cortadas, faltaba mobiliario, y en mal estado los vehículos de la Municipalidad. Para bien, me sorprendió encontrar a los empleados municipales como mis principales aliados para poner a Pinamar en pie de cara a la temporada.

—¿Pudo resolver esos problemas?
—El primer día de gestión solucionamos lo de internet y las líneas telefónicas, además de la relación con todos los proveedores que estaba rota. El problema más estructural es el de la recaudación de impuestos, que hay que mejorarla y que se rompió por la falta de confianza de los pinamarenses en las últimas intendencias. Además, Pinamar está desarrollada al 55 por ciento, venimos de un fuerte proceso de inestabilidad institucional que hizo que las inversiones se detuvieran.

—¿Los intendentes anteriores dejaron un piso muy bajo?
—Había un ausencia total de gestión. Entre los primeros cambios que hicimos fue reducir mi sueldo, publiqué mi agenda en internet y hasta abrí las cortinas de mi despacho. La idea es que la municipalidad deje de funcionar a puertas cerradas y esté cerca de la gente. Una de las medidas de mayor impacto fue la prohibición del lanzamiento de pirotecnia. Con ese presupuesto, triplicamos el financiamiento el programa de colonias de verano para que los trabajadores pinamarenses atiendan mejor a los turistas.

—¿Por qué redujo su salario?
—El intendente de la gestión anterior llegó a cobrar un sueldo de entre 235 y 260 mil pesos por mes. En mi caso, eliminé los viáticos y gastos de representación y reduje el salario al mínimo legal posible, que está cercano a los 70.000 pesos. Es una señal y un gesto importante que había que enviar a la ciudadanía, porque el sueldo anterior era inmoral. De todas maneras, el problema acá era que se volvió consuetudinario la plata por izquierda que ganaban los intendentes.

—¿Cómo está la corrupción en Pinamar?
—Es una de las municipalidades más icónicas de la Argentina en cuanto a la corrupción. En las primeras semanas, más de un empresario pensaba que al intendente lo tenía que llamar y ofrecerle cosas. Yo estoy con los tapones de punta contra la corrupción y voy dejando en claro que se abrió un nuevo proceso político. Algunos se tiraron a la pileta y se dieron cuenta que se quedó sin agua. La corrupción no es solo una cuestión de la política, si no de parte del empresariado. Así como está cambiando la cultura política, tiene que cambiar la cultura empresarial. Algunos tienen publicidades muy lindas en Pinamar pero son unos terribles coimeros. Incluso, hay muchas marcas que se han ido por todas las cosas que les pedían por izquierda. La corrupción era endémica.

—¿Qué quedó de la Pinamar oscura de Alfredo Yabrán?
—Es algo que quedó presente en el imaginario de la gente. Ahora hay un intendente de 29 años y muchos de los nombres que estaban asociados a esa Pinamar perdieron en estas elecciones. La sociedad pinamarense rompió con el halo de oscuridad y creemos que estamos saliendo a la luz de a poco.

—¿Qué rol juega la noche? Uno de los intendentes fue destituido por recibir coimas de un boliche.
—Lo que hicimos fue reunirnos con los dueños de bares y boliches y le dijimos lo que íbamos a hacer. Pinamar este verano va a tener un paseo nocturno, vamos a peatonalizar las zonas aledañas a boliches para que no se pueda ingresar con autos, que lo usan para poner música con volumen alto y hay muchas quejas de los vecinos. También habrá puestos de enfermería para asistir a los chicos que se exceden en alcohol e incluirlos luego en un programa de concientización del consumo.

—Muchos argentinos prefieren ir a veranear a Brasil antes que a la Costa Atlántica. En parte ello se explica porque los precios en las playas argentinas están muy altos. ¿Cómo competir con eso y cómo se resuelve?
—Es una construcción mediática la de que Pinamar es carísimo y Brasil baratísimo. Es comparar peras con manzanas. No es lo mismo un chalet en el norte del balneario, hecho por un arquitecto de renombre y con cinco habitaciones, que dormir en un hostel en Brasil. Hay opciones para todo el mundo y para todos los gustos.

Fuente: Infobae.

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