Córdoba

Ladrones amenazaron de muerte con la ruleta rusa a su víctima

El malviviente gatilló varias veces mientras le apuntaba a la cabeza pero no salió la bala, en una secuencia de terror. "Buscamos la guita del "Gordo Niky”, gritó el jefe de la banda.
viernes, 14 de agosto de 2015 08:20
viernes, 14 de agosto de 2015 08:20

"Vamos a jugar a un juego... ¿Conocés este juego? Es la ruleta rusa”. Con esas palabras comenzó la peor tortura que vivió un joven en el barrio Villa Rivera Indarte, al norte de la ciudad de Córdoba. Fue durante un robo que se perpetuó el miércoles a las 7 de la mañana de la mano de tres delincuentes.

El malviviente gatilló varias veces mientras le apuntaba a la cabeza pero no salió la bala, en una secuencia de terror. "Buscamos la guita del "Gordo Niky”, gritó el jefe de la banda después de ingresar al lugar cuando la dueña de casa se encontraba sola con su hijo mayor, Ramiro, de 23 años.

Según publicó Clarín, Alejandra Mayorga, la dueña de casa, acababa de saludar en la puerta a su esposo camionero, que salía a trabajar, y a sus dos hijos menores, que partían al colegio. Cuando llegaron los tres ladrones –y un cuarto que los esperaba en un auto– e invocaron el apodo de su marido.

La tortura de la "ruleta rusa" llegó cuando el jefe de la banda descargó su revólver y le puso un solo proyectil. Los ladrones ya habían maniatado al joven y a su mamá, que presenció el sádico juego. La banda dio vuelta todo buscando plata y sólo encontró 17.000 pesos. Eso los enfureció. "A mi hijo le pegaron mucho, nos pedían la plata de mi marido. Se notaba que estos tipos conocían a mi esposo. No sé qué plata buscaban, pero nos pedían a cada rato ‘la plata del Gordo’; en casa no solemos tener grandes sumas de dinero”, contó la mujer.
 
Tras estar cerca de media hora buscando el dinero, el líder del trío encañonó a Ramiro y lo amenazó: "Más vale que aparezca la guita. Mientras, vamos a jugar a la ruleta rusa”, le dijo, y gatilló una vez. La bala no salió. Gatilló de nuevo y la madre le ordenó a su hijo que entregara los ahorros que tenía para comprar un auto. El delincuente volvió a gatillar.
 
En total, los ladrones lograron reunir así unos 25.000 pesos; un joyero y algunos electrodomésticos. Luego el jefe de la banda llamó por teléfono al cuarto cómplice: "Estamos listos”, le dijo. El auto frenó en la puerta y escaparon. 
"Fueron muy violentos, pero además sabían nuestros movimientos. El nombre de mi marido; nuestros horarios, todo”, indicó Alejandra.
 
El asalto ocurrió en el mismo barrio donde, en mayo, una banda se metió en una casa y el dueño los ahuyentó con una espada de samurai. Por un momento, Alejandra pensó en algo similar: "Mientras le pegaban a mi hijo, vi una caña de pescar que tenemos y pensé en pegarles, pero por suerte no lo hice”. Ahora teme que vuelvan.

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