sábado, 1 de agosto de 2015
17:40
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Aunque el revuelo por lo que muchos creen es un milagro empezó ayer, el llanto de la divinidad fue advertido hace más de dos semanas, contó Ignacio Daminato, el párroco de La Merced. "Habían venido de un canal de Buenos Aires a filmar la construcción del Centro Comercial a Cielo Abierto y, de paso, aprovecharon y tomaron imágenes de la iglesia”, relató. Era para un programa sobre turismo que emite esa señal televisiva.
La producción del canal no estaba sola, además del sacerdote, lo acompañaba la jefa del Programa Museo y Archivo Municipal, Adriana Vacca, y los gerentes de una de las empresas patrocinadoras del programa de televisión.
El recorrido por la parroquia empezó tranquilo, pero la sorpresa se apoderó de Vacca cuando las cámaras se enfocaron en la escultura de la Virgen de los Dolores. La mujer, que les explicaba a los de la producción, miró con detenimiento el rostro de María y le dijo a Daminato: "Mire, padre, está llorando".
"Ya algunas personas me habían dicho antes que notaron esas lágrimas en la imagen. Pero como yo estoy en esta iglesia hace cuatro meses nomás y no conozco la historia de esa imagen, ni la había visto bien antes, no podía ni puedo asegurar si es un milagro”, aclaró el cura.
El episodio quedó ahí, no trascendió de esas paredes. Pero ayer un vecino, que se enteró de lo sucedido por comentarios de la funcionaria municipal, llegó hasta el templo con la intención de sacarse la duda. Habló con Daminato y juntos verificaron lo que se anunciaba como algo sobrenatural.
El sacerdote se subió a una mesa y pasó un trocito de algodón sobre la mejilla derecha de María, donde está la lágrima más notoria. "No es líquida, es sólida. Es decir, pudo haber sido pintada por el artista. Pero mucha gente me dice que antes no era así, que no tenía esa lágrima o que la tenía, pero que ahora es mucho más grande y está más corrida hacia abajo”, dijo.
El momento fue presenciado por un pequeño grupo de fieles que no dudó en persignarse y acercarse a la estatua para contemplarla con mayor devoción y esperanza.
El párroco no confirmó ni negó la presencia de un milagro. Lo dejó a criterio de cada uno. Por lo pronto, anticipó que buscará y revisará fotografías de otros años de la escultura para confirmar si antes estaban las lágrimas.
Fuente: diariodelarepublica.com