lunes, 22 de junio de 2015
08:48
Tiene tan solo 2 añitos y estuvo al borde de la muerte. Jugando se partió el cráneo y quedó con un 20 por ciento de posibilidades de vida. Zamira Vega se aferró a ese porcentaje y contra todo pronóstico de a poco comenzó a salir adelante.
La pequeña "leona" perdió parte de su cráneo después de caerse de la cama jugando y golpear de lleno contra el piso cuando su madre se había ausentado de la habitación por tan solo unos minutos. Tras eso quedó internada y ahora debe aguardar un tiempo considerable para recibir una prótesis, en la localidad bonaerense de Moreno.
"Le decía que no lo hiciera y me estaba haciendo caso pero justo fui a llevar algo a la cocina y escuché un ruido muy fuerte en la habitación. Cuando volví, la vi a mi hija tirada, con su cabeza destrozada. Fueron cinco minutos de descuido”, contó a Crónica, Natalia Velázquez, mamá de la pequeña.
El hecho sucedió el 5 de mayo pasado y tras el accidente inmediatamente la llevó por sus propios medios a una sala de primeros auxilios y allí la derivaron al Hospital Luciano y Mariano de la Vega, de Moreno. El cual no contaba con un tomógrafo y por lo tanto, la alojaron en el Hospital Posadas, de la localidad de Haedo.
Allí sus autoridades le anunciaron a la familia que producto del golpe había perdido una cuarta parte de su cráneo y por ende estimaban en sólo un 20% las posibilidades de sobrevivir de la beba. No obstante, luego de quince días de internación en el centro de salud y a un mes del accidente, su madre manifestó: "Está bien, no sé cómo se salvó, tuvo un Dios aparte. Le sacaron los puntos y ahora debemos esperar que pasen seis meses para colocarle una prótesis. En ese tiempo tiene que cicatrizar la herida y así evitar el riesgo de que durante la cirugía contraiga un virus”.
En tanto, Zamira lucha por su recuperación y por recuperar su vida normal, cristalizando una fuerza de voluntad y un estado de ánimo admirables: "Se la ve alegre, con muchas ganas, quiere correr, jugar, pero a la vez recuerda lo que le pasó, porque cuando la siento en la cama me dice: ‘Mamá, tengo miedo de caerme de nuevo’”.
Ante la gravedad de su herida, la niña necesita usar protección en la cabeza. Hasta ahora cuenta con un casco de rugby que le prestó un primo, y al mismo tiempo requiere de un automóvil para trasladarse de su domicilio de Moreno al Hospital Posadas, trayecto que realiza cada cinco días.
Dado el riesgo de su lesión, no puede viajar en transporte público, en los cuales el resguardo es menor. A su vez, su familia solicita alimentos no perecederos y ropa para la niña, dado que Maximiliano Vega, padre de Zamira debió tomarse una licencia laboral por el accidente y no percibe ingreso alguno. Por lo tanto, cualquier ayuda será bienvenida y puede aportarse llamando a Natalia al 156-616-8612.