lunes, 15 de junio de 2015
10:31
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El Estado nacional compra y distribuye las vacunas para su aplicación gratuita en los más de 8.500 vacunatorios públicos.
El objetivo es disminuir la incidencia y la mortalidad por varicela en la población vacunada, así como en poblaciones de riesgo que no pueden recibirla (embarazadas, inmunocomprometidos) y otros grupos no inmunizados, ya que alcanzando elevadas de cobertura en la población objetivo, se limita la circulación viral y se beneficia en forma indirecta al resto de la población.
La varicela es una enfermedad infectocontagiosa aguda producida por el virus varicela zóster (VVZ) y es la afección exantemática (que causa erupciones en la piel) más frecuente de la infancia.
Se calcula que en Argentina causa aproximadamente 400.000 casos nuevos cada año, habitualmente en la primera década de vida.
Si bien la varicela es generalmente considerada una enfermedad benigna de la infancia, puede observarse que las muertes por esa causa ocurren en todos los grupos etarios.
Entre 1997 y 2012 hubo 272 defunciones por varicela, con un promedio de 17 fallecimientos al año.
Salvo la vacunación, no se dispone de ninguna medida útil para prevenir eficazmente la propagación de esta enfermedad en una comunidad susceptible, ya que se trata de una patología extremadamente contagiosa y con alta tasa de ataque secundario.
El presupuesto destinado a la adquisición de vacunas por parte del gobierno nacional aumentó desde 2003 un 1.719 por ciento y la política de inmunizaciones del Estado argentino fue reconocida por autoridades sanitarias y expertos internacionales durante la 67° Asamblea Anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se realizó en mayo del año pasado en Ginebra, Suiza.
Fuente: Telam