jueves, 1 de octubre de 2015
07:49
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En Argentina nacen por año más de 7 mil bebés con cardiopatías congénitas, que es la principal causa de muerte en menores de 1 año. Así lo indican las cifras oficiales que indica que de ese total, el 50% requieren de algún tipo de intervención, con resolución completa de la enfermedad en casi dos tercios de los casos. A su vez, el 25% deben operarse antes de los 28 días de vida.
"Gracias a un diagnóstico precoz y un tratamiento oportuno, el 94% de los casos sobrevive a la intervención inicial", asegura Ignacio Lugones, cirujano cardiovascular pediátrico en una nota del portal Minuto 1. Este martes se celebra el día Mundial del Corazón, donde los especialistas piden tomar conciencia de la importancia de la detección temprana en este tipo de anomalías.
Las cardiopatías congénitas son un grupo de enfermedades presentes en el nacimiento que afectan la estructura y/o función normal del corazón. A nivel mundial, cada año aproximadamente 1.300.000 bebés nacen con esta condición, casi 12 nuevos casos por cada 1000 recién nacidos.
"Lo ideal es diagnosticar la cardiopatía congénita durante el embarazo. Esto es posible en la gran mayoría de los casos simplemente realizando una ecografía al feto y evaluando su corazón en detalle. El diagnóstico prenatal permite optimizar la atención del bebé apenas nace, dándole los cuidados especiales que necesita en un hospital preparado para atender este tipo de casos. Esto evita muertes y disminuye las complicaciones tanto pre como postoperatorias.", señaló Lugones.
En este sentido, se está impulsando un proyecto de ley nacional que haga obligatoria la evaluación cardiológica fetal completa en todo el país. El proyecto incluye también la realización obligatoria de una oximetría de pulso a todos los recién nacidos.
"Este estudio es extremadamente barato e indoloro, y consiste en medir la oxigenación de la sangre con un pequeño dispositivo apoyado en un dedo. Un valor de oxigenación bajo puede deberse a una cardiopatía, y de esta manera se puede orientar el diagnóstico en muchos de los casos.", destacó Lugones, y agregó "esta rutina no es obligatoria en nuestro país, por lo que perdemos una oportunidad inmejorable de identificar a estos niños. Al no ocurrir el diagnóstico en la etapa prenatal ni en la neonatal, la cardiopatía se sospecha más adelante en la vida del niño, lo cual aumenta mucho el riesgo de complicaciones".
El diagnóstico de la enfermedad puede realizarse en general con la evaluación clínica del cardiólogo, un electrocardiograma, una radiografía de tórax y un ecocardiograma doppler color. En determinadas ocasiones es necesario realizar otros estudios, tales como una resonancia magnética, una tomografía computada o un cateterismo cardíaco.
"Hoy en día, gracias al diagnóstico precoz, el refinamiento de las técnicas quirúrgicas, de anestesia y de perfusión, y los adelantos en los cuidados pre y post operatorios podemos reparar con éxito malformaciones complejas a edades muy tempranas, muchas de ellas en etapa neonatal", agregó Lugones, quien en su sitio web www.cardiocongenitas.com.ar brinda todo tipo de información referente a estas enfermedades.